Cinco

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El latido no se iba, en cambio se hacía más fuerte. A veces dolía con punzadas que quitaban por completo el aliento de sus pulmones y el anhelo no hacía más que crecer.

¿Qué había hecho?

Yoongi se dejó llevar por sus deseos egoístas y actuó de manera imprudente. Tomó a otro alfa mientras estaba en celo y aunque lo había imaginado un sinfín de veces, no era exactamente la forma en que alguna vez pensó que sucedería. Yoongi ni siquiera esperó alguna vez que pasara.

Había ido y tomado a un alfa aturdido por el calor, había estado pensando en... en absolutamente nada en el momento en que se inclinó y clavó sus dientes en el cuello del hombre al que estaba follando. Lo anudó y marcó por un primitivo instinto irracional impulsado por el deseo que sentía. Por su jefe, nada menos. La lujuria y la necesidad que se encendían cada vez que Yoongi olía el aroma penetrante de Park Jimin, la dulzura potente y las notas terrosas.

El fin de semana fue eterno, la sensación de angustia dolorosa y el pánico por lo que sucedería el lunes fue suficiente para hacerlo quedarse en casa en lugar de ir a trabajar.

Tenía la necesidad instintiva de ir y reclamar el derecho que el vínculo le daba sobre Jimin, pero no sabía los términos en los que se encontraban. El otro alfa era su jefe, tenía el poder de hacer con Yoongi lo que quisiera refiriéndose a trabajo. No había manera de que Yoongi estableciera un dominio sobre su compañero.

Dios.

Park Jimin era su compañero y le llevó a Yoongi todo el fin de semana darse cuenta de que el vínculo era real, que no era la euforia del sexo y las feromonas haciendo palpitar su cuerpo, que se había dejado llevar por el deseo y cedió a la necesidad cuando vio al otro alfa en casi nada de ropa y pidiendo por él, por su nudo.

No fue culpa de Jimin, Yoongi era más fuerte que los instintos básicos, era un hombre conocido por ser responsable, por mantener la calma en todo momento y no dejarse llevar. Ahora, posiblemente se enfrentaba a perder su trabajo, a tener que tragarse las ganas de reclamar nuevamente a su compañero y seguramente al odio de Jimin por haber aprovechado su momento de vulnerabilidad, por haber dejado en evidencia el deseo de Jimin por aliviar su celo con otro alfa. Coincidentemente Yoongi que era el único en el edificio en el momento más inoportuno y aparentemente el único que notó un cambio en el alfa porque ahora podía decir que la intensidad inusual del aroma de su jefe era un claro indicador de lo que pasaría más tarde esa noche.

Yoongi era un alfa fuerte, responsable y con principios, pero aun sí él había sido quien reclamara a Jimin como suyo, había sido solo un error. Jimin no quería nada de eso y Yoongi haría como si nada hubiera pasado. Con suerte, mantendría su trabajo y se acostumbraría al palpitar incesante en su pecho.

***

El zumbido en la mejilla de Yoongi casi pudo haber ahogado el latido que se había asentado en su cabeza y en su pecho junto a su corazón. Casi.

Lo primero que lo recibió en su oficina fue un Taehyung furioso y su pesada mano aterrizando en su cara con una fuerte bofetada. El omega era fuerte y Yoongi ya no tenía dudas de ello.

Tampoco tenía dudas de que ya se había enterado de lo que había sucedido después de que se fuera de la oficina la semana pasada.

—Reverendo imbécil.

—No te he hecho nada, Taehyung. Tengo que trabajar y se hace tarde —Yoongi intentó pasar junto al omega y entrar a su oficina para ponerse al día con el trabajo atrasado por haber faltado a trabajar el día anterior. Probablemente las reuniones para evaluar los informes se habían suspendido y Yoongi tenía que recuperar el tiempo y nivelar la carga de trabajo. Estudiar las inversiones y calcular las mejores estrategias de acción para el crecimiento de Park Industries.

Alfa |YM|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora