la Torcedura

1.6K 7 0
                                    

Pasaron meses y meses desde aquel momento intenso con Ainhoa, tú no podías dejar de pensar siempre que ibas en aquel suceso, no fue tampoco traumático, pero, tuvo el suficiente impacto emocional para quedarse grabado en tu memoria.

Tus problemas mentales (tampoco eran gran cosa) fueron disminuyendo con el paso de las sesiones, la psicóloga estaba muy contenta del resultado, y tú no eras menos.

Era ya por fin la ultima consulta, los otros meses los pudiste pagar totalmente con tranquilidad, no te percataste del poco recurso económico que tenías, pero no podías pedir dinero a tus padres, no, era ya personal, tu cabeza, cuerpo y alma se habían centrado en pagar sea como sea ese ultimo mes.

Intentaste ahorrar todo el dinero que pudiste, sin embargo de nada sirvió, te faltaba dinero, decidiste hablarlo con la psicóloga para llegar a una conclusión.

Llamaste al timbre y como de costumbre te abrió ella, esa niña malcriada que tanto odiabas pero no podías hacer nada.

Ainhoa: Oh dios, otra vez tú por aquí? Viniste ayer escoria.

Marc: Ya lo sé, sólo quería hablar con tu madre sobre... Bueno no importa, dile a tu madre que venga.

Ainhoa: Sobre que? Cuéntamelo a mí también.

Te quedaste de piedra al escuchar eso, no sabías por dónde salir, la psicóloga seguro que te entendería pero Ainhoa...

Marc: E-Eh... Bueno... Esto...

Ainhoa: Arranca de una vez, me estás cansando!

Marc: S-si, es que no tengo... Dinero para pagar el ultimo mes.

Lo habías dicho, quedaste esperando a sus palabras con el corazón a mil por hora, mirando hacia abajo con tez pálida y sudores fríos.

Ainhoa: Entiendo... Así que quieres estafar a mi madre, las pagarás maldito!!

Marc: N-No e-

Tus palabras se cortaron por un fuerte agarrón en el pelo que te propinó Ainhoa, rápidamente sin que su madre os viera te llevó a su cuarto y cerró el pestillo para que nadie pudiera entrar.

Tú estabas lamentándote del dolor en el suelo tirado y pensando en lo peor.

Ella se dió la vuelta y te dio una patada en el estómago.

Ainhoa: Que sepas que te voy a hacer pagar de otra manera, quieras o no serás mi esclavo el tiempo que yo quiera, entendido?

Tus ojos empezaron a sacar lágrimas de dolor, mientras, sollozabas un poco.

Ainhoa: Responde maldito perro inútil!!

Marc: S-si Ainhoa.

Nada más escuchar tus palabras Ainhoa te lanzo un escupitajo que cayó en tu ojo derecho, fue deslizándose poco a poco hasta tu boca, la cual abrió Ainhoa para que te lo tragaras.

Ainhoa: Para ti soy tu ama y tendrás que llamarme y tratarme como tal!!

Marc: E-e-entendido A-ama.

Ainhoa: Por fin algo que haces bien maldito cerdo.

Los ojos de la chica vagaron por toda la habitación como si estuviera buscando algo, algo que parece ser que encontró.

Marc Miró donde Ainhoa, allí se encontraban un par de zapatillas sucias con un calcetín dentro de cada una.

En su rostro se posó una sonrisa de oreja a oreja, tú ya sabias lo que se aproximaba...

Paciente no, esclavoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora