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Todavía estoy enojada cuando me siento en la mesa del comedor, con mi computadora portátil a mi lado

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Todavía estoy enojada cuando me siento en la mesa del comedor, con mi computadora portátil a mi lado. Por lo general, habría esperado a Jung Kook para que pudiéramos cenar juntos, pero hoy no quiero hacerlo.

Estoy extrañamente molesta porque a él no le importa si salgo con Riley. ¿Realmente no soy más que una responsabilidad para él? Todo este tiempo pensé que había estado disfrutando de mi compañía, pero ahora me pregunto si he sido una carga todo este tiempo.

Después de todo, no sería la primera vez que interpreto mal una situación. El sonido de la puerta principal abriéndose me sobresalta y Jung Kook entra, con sus ojos posándose en mí, y su expresión ilegible.

Pasa junto a mí y agarra un plato antes de unirse a mí en la mesa.

―¿Cenaste? ―pregunta, su tono es áspero, y lo miro.

―Lo hice. No es que sea asunto tuyo, no soy una niña, Jung Kook. Cuando Min Yoongi te pidió que me cuidaras, no lo dijo literalmente.

Su expresión se oscurece.

―Me parece que necesitas una niñera. Ni siquiera puedes notar que Riley te desea. ¿O aun sabiéndolo lo invitaste a tomar un café hoy?

Aprieto los dientes, y la ira me hace perder toda racionalidad.

―¿Y qué si lo hice, Jung Kook? ¿Qué pasa si solo quiero tener una cita? ¿Qué hay de malo con eso? Han pasado meses, estaba obligada a seguir adelante algún día.

Él suelta una carcajada, pero no hay humor en ella.

―¿Y pensaste que seguirías adelante con Riley? ¿Riley? Si vas a abrirte de piernas por alguien, al menos elige a alguien mejor. Aunque no eres exactamente exigente, ¿verdad? Literalmente sales con el primer hombre que muestra algún interés.

Me pongo de pie, y mi silla repiquetea en el suelo ruidosamente.

―¿Qué acabas de decirme? ¿En serio estás parado ahí, actuando como si yo fuera una especie de puta?

Jung Kook se quita la corbata y la arroja sobre la mesa del comedor.

―No voy a hacer esto ―dice.
—Folla con quien quieras. Me importa una mierda.

Se aleja, dirigiéndose directamente a la puerta que conduce a la azotea y lo miro mientras cierra la puerta detrás de él.

¿Qué fue eso? Nunca habíamos discutido antes, y esto fue... malo. Fue malo.

Paso una mano por mi cabello e inhalo temblorosamente. Estoy parpadeando para contener las lágrimas, todo el tiempo enojada conmigo misma por eso. No debería importarme tanto, pero lo hace.

Aprieto los dientes y camino hacia la puerta, siguiendo a Jung Kook. No me sorprende encontrarlo de pie junto a su saco de boxeo. Ha perdido su ropa, parado ahí con nada más que calzoncillos negros, y su cuerpo en exhibición.

HASTA TIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora