Capítulo V - Autocirugía

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Celia se encontraba en su casa acompañada por Teatry, eran alrededor de las once de la noche. La casa de Celia tenía un interior blanco, como la sala de un hospital. Teatry quería ayudar a Celia con sus heridas, pero Celia, debido a la pérdida de su hueso prefirió encargarse ella misma de todo con herramientas quirúrgicas.

—¿Qué planeas hacer con todo eso, Celia?

—Sigo sin determinarlo, pero siento un intenso dolor que llega desde mi mano hasta mi codo y no puedo cerrar mi mano. Parece ser un problema con algún hueso.

—¡¿Qué fue lo que pasó exactamente?! ¿Te quebraste un hueso dentro de esa casa? Voy a llamar a una ambulancia de inmediato —sacó su teléfono—. ¿Cuál era el número de emergencia?

Celia le inyectó un sedante a Teatry para evitar que haga cualquier cosa que la distraiga.

—¡¿Celia?! Eso dolió, ¿por qué hiciste eso? ¡¿Qué me inyectaste?!

—Estaré un par de horas ocupada, necesito que te quedes ahí sin molestar mientras tanto. El sedante no te causará ningún daño, solo estarás dormida por un rato.

Teatry comenzó a sentirse somnolienta rápidamente hasta el punto de quedar inconsciente por efectos del sedante. Celia se inyectó en su muñeca anestesia y esperó un poco a que hiciera efecto para la pérdida de sensibilidad en esa zona, una vez que hizo efecto, trabajó con su otra mano para examinar su mano herida. Al sentir con sus dedos la zona podía percibir que, en efecto, hacía falta un hueso; específicamente uno de ocho huesos carpianos conocido como el semilunar.

—Esa niña fue bastante precisa, puede consumir materia que está en el interior de algo, entonces puede detectar el interior de un cuerpo como si sus ojos pudieran ver a través de él. Es una niña mucho más escalofriante de lo que imaginé en un principio... Seguramente debo de tener por ahí alguna prótesis que me sirva.

Una vez confirmado el problema, procedió a cortar en la zona con un bisturí hasta llegar a la zona donde se podía ver que faltaba el semilunar y al resto de huesos carpianos desacomodados por la inestabilidad de la estructura ósea, y usó una prótesis metálica para incrustarla en su sitio ajustándola con las herramientas necesarias y acomodando los demás huesos en sus lugares. Todo este proceso tardó aproximadamente cinco horas llegando a ser casi las seis de la mañana, le había resultado muy difícil hacerse una cirugía con solo una mano teniendo los brazos con sangre por los rasguños. Cuando terminó de cerrar la herida con sutura, trató de vendarse los brazos para tratar las heridas de rasguños. Celia estaba demasiado cansada por haber estado despierta y quedó dormida en el sillón con un sueño muy pesado por un par de horas.

—Celia, ¿estás bien? —dijo una voz despertando a Celia.
Celia comenzó a recuperar la consciencia y vio al mismo muchacho que el día anterior era Teatry.

—¿Sigues siendo Teatry o ahora quién se supone que seas?

—Soy yo, Kido, desperté en una posición incómoda y noté que estaba usando una falda; esa debió ser Teatry, entonces ya me cambié por unos pantalones. Alma está despierta y tuve que preparar comida, entonces ya está servida la tuya y así, y pues... ¿Qué pasó con tus brazos?

—No vas a creer la noche que tuve, fui atacada por un gato y por culpa de esa niña Faris perdí un hueso de la muñeca.

—¿Esa niña de los ojos negros? ¿Qué fue lo que te hizo?

—¿Quieres saberlo? Ella, al igual que tú y el resto de identidades, posee una capacidad sobrenatural.

—Eso no es posible, Celia...

—¿Por qué no lo sería?

—Es decir, sí es posible, pero no me cabe en la mente cómo pudo haber pasado. Pero dejando de lado eso, ¿qué capacidad sobrenatural tiene?

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