Capítulo 8/ Donde quiera que estes

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Las horas pasaban junto a ellos los días, las semanas corrieron como si nada, el rastro de Denki no estaba por ningún lado. — Zu... — Bakugo se acercó al peli verde con una sonrisa enorme, sus feromonas alivianaron el ambiente tan pesimista que tenía el sigma.

— ¿Qué sucede? — preguntó devolviendo la sonrisa cálida, estar ese mes y medio rodeado de Katsuki y sus feromonas, de sus cosas tiernas y sus molestos modales, eran perfectos para Izuku, había encontrado algo nuevo y diferente a lo que ya estaba acostumbrado.

— Lo conseguí, tengo la dirección. — Izuku se levantó, agarró sus cosas para guardarlas, pero las gruesas manos del alfa lo detuvieron. — ¿A dónde vas?

— Mi hermano Kacchan...

— Tu hermano puede esperar a que termines el desayuno, debes de estar fuerte para lo que probablemente encuentres... Así que termina o no te daré nada e iré solo a buscarlo.

Izuku tomó el sándwich y lo empezó a comer mientras seguía guardando sus cuadernos. Katsuki agacho la cabeza con una sonrisa plasmada en su rostro, era tan feliz con ese chico, lo encontraba un ser tan fascinante, estaba loco, era demasiado sobre protector, si no le gustaban las cosas, simplemente lo dejaba en claro, nadie se atrevía a llevarle la contraria, a pesar de lo tierno que se veía ante sus ojos.

— ¿Qué es tan gracioso? — Izuku terminaba sus alimentos.

Katsuki tomó la servilleta y limpió su rostro. — Nada. — antes de levantarse el peli verde beso su mejilla, el cenizo se agarró con sus dedos la parte donde dejo el beso, esas pequeñas muestras le encantaban a Bakugo.

Se fueron en el auto del peli verde, quizás en la moto de Katsuki llegarían más rápido, pero si Denki venía con ellos, dónde lo pondrían para que estuviera cómodo. Así que la mejor decisión era ir en el carro.

Al llegar al domicilio que le indicaron a Katsuki, la personalidad de Izuku cambio por completo al igual que el tono de su color de sus ojos, era un negro que hasta la esclerótica la tiñó.

Katsuki al mirarlo y oler sus feromonas, se asustó. Era como estar parado enfrente del mismo demonio, sus piernas se querían doblegar ante su olor. Trago saliva con dificultad, cerro los ojos y ajusto sus feromonas para ser capas de soportar esa enorme tortura.

— Fui a su antigua casa, a la que está en el registro de la escuela y la que me dijo, pero sus vecinos me dijeron que se mudó, al siguiente lugar fue lo mismo, este es cuarto cambio que hace en menos de un mes, aseguran los vecinos, que aun en el segundo cambió vieron a tu hermano junto a él, de ahí nadie más lo vio y eso me preocupa.

Izuku cerró los ojos y empezó a rastrear el aroma de Kirishima que era obvio que estaría por el lugar, si Denki estaba ahí seguro no lo dejaba salir. — Está en el segundo piso, puerta derecha...

El alfa lo miró y asintió, era donde le habían indicado. Al subir las escaleras los gritos de alguien más los alteró a ambos, Izuku corrió imaginando lo peor. Trató de tumbar la puerta de un solo golpe sin conseguirlo.

Katsuki sacó de su bolsa la llave, antes de abrirla lo tomó de la mano y el sudor que recorría por su palma lo hizo ponerse más alerta, el peli verde estaba dispuesto a asesinar a Kirishima si era necesario.

De nuevo el grito estaba ahí, se adentraron al departamento y estaba hecho un desastre, Katsuki se quedó atrás mientras Izuku estaba por entrar a la habitación, en cuanto la abrió vio a Kirishima tumbado en la cama, había varios olores de omegas alrededor, ropa tirada de ellos.

Dejaron un pequeño rastro de molestia, Izuku lo tomó agresivamente de la playera. — ¿Dónde está mi hermano?

Sus feromonas comenzaron a asfixiarlo. — Se fue. — sus lágrimas secas se humedecen con las nuevas que empezaron a descender de sus ojos.

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