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ESTA MAÑANA ERA ALGO OCUPADA, pues desde que estábamos viviendo en España con mi madre las cosas ya no eran casi iguales a antes. Extrañaba Argentina y especialmente Estados Unidos. Nunca entendí porque mamá tomo la decisión de irnos a Madrid, pero ella quiso descansar de sus tours y esas cosas. Entendible.
Yo también de vez en cuando solía ir y dar conciertos, pero no me tome la iniciativa de un tour. Al menos no por ahora.
En fin, me encontraba arreglándome para ir a la cancha del Barça, pues me habían llamado para conocerla y además para una entrevista lo cual se me hacía normal. Era algo complicado y aún no entendí porque a mí, pero jamas me queje y en realidad era lo que menos haría. Pero teniendo a mi madre, no entendía porque a mí si y a ella no. Pero no saque al aire esas dudas.
Mi madre estaba terminando de atarme el cabello en dos hermosas trenzas lo cual amaba de ella, peinaba demasiado bien.
——¿En serio debo ir solo yo? Digo, quizás amaran ver a Taylor Swift.——Murmuré tratando de convencer a mamá
——Cariño, debes ir tú. No quiero opacarte o algo así. Es tu hora de brillar, además será todo un escándalo de gente.
Termine aceptando lo que mamá decía, me mire al espejo una vez más, llevaba puesto un top blanco con un poco de escote y un suéter que me cubría los hombros con unos jeans negros y unas botas. Pronto el chofer me llevo hasta el estadio, que a decir verdad era enorme.
Aunque estaba feliz ya que después de la entrevista y de todo esto, por fin me podría juntar con mi mejor amiga de toda la vida. Solemos juntarnos una vez cada semana pero en este tiempo que he estado acompañando a mamá con sus tours y mas cosas, no la he visto casi nada.
——¡Señorita Swift! No sabe cuanto nos complace tenerla aquí.——Una mujer rubia muy simpática se me acerco.
——El gusto es mío.
Luego la mujer con un par de guardias atrás me acompañaron por todo el estadio, hasta llegar al campo donde yo cantaría, lo cual me daba demasiado nerviosismo.
——Una vez que terminemos la entrevista y el recorrido, nos encantaría presentarte a los jugadores.
No dije nada mas que un si así tranquilamente. Pues no me generaba mucha emoción, por cierta parte sí porque habían grandes leyendas en el equipo pero tampoco sabía bien que hacer o hasta como reaccionar. No quería parecer una desquiciada.
Finalmente llegamos a las gradas mas altas, en las que se veía literalmente todo a la perfección. Por primera vez me sentí amante del futbol, cosa que desde que papá se fue no pasaba. Su abandono me genero un odio inexplicable al futbol, aun lo hago, no por esto ahora lo amo porque todo lo contrario.
También el hecho de papá me hizo hacerme una promesa, jamás estaría con algún futbolista. Sabia como podía terminar tal como mi madre. Y no quiero sufrir tanto.
