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Everyone has a secret

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Everyone has a secret

Le pido a Spencer que se adelante porque va a alquilar un coche que va a ser con el que nos iremos de vacaciones a conocer ese pueblo y aparte, que me recoja luego de los demás para no levantar sospechas.

Termina de alistar sus cosas, se abrocha la casaca y se acerca a besarme la frente cariñosamente.

—Tranquila ¿si?, vamos a pasárnoslo en grande y siempre encontraremos momentos para estar juntos.

Él sabe que me inquieta un poco la situación, pero con sus palabras me ayuda a estar mucho más relajada. Me cuelgo de su cuello para abrazarlo porque seguro de aquí hasta llegar al pueblo no podré hacer eso.

—Te quiero. Nos vemos en un rato.

—Claro, guapa. Te quiero yo más, eh.

Cierra la puerta y me quedo sola. Cuando él está cerca llena cada uno de mis vacíos con sus sonrisas, sus besos y más. Ya lo estoy extrañando tan pronto.

Continuo alistando una pequeña maleta porque pasaremos unas cuantas semanas conociendo el pueblo, la verdad me emociona porque hace tiempo no tengo ningún tipo de viaje y siempre viene bien uno, ¿verdad?

El clima según leí es un poco friolento por eso meto lo más abrigado que encuentro en mi closet, no soy fan de pasarme esos días congelándome, de hecho me gusta el calor, sol y playa. Tal vez en el siguiente verano podamos hacer otro viaje.

Pasan unas cuantas horas hasta que Spencer me manda mensaje y sé que ya están abajo esperándome. Cierro la puerta de mi edificio con cuidado para no hacer demasiado ruido y veo a Nick con la ventanilla baja saludándome.

—Hola chicos.

—Querida, hoy Spencer se ha propuesto ser muy pesado.

Habla el rubio sentado atrás y me doy cuenta que el único asiento libre es el de copiloto.

—Sube—habla el conductor—. Soy el único responsable y tú al menos creo que has reflexionado luego del accidente.

Me subo luego de guardar mi maleta.

—Si—contesto—. además Nick ya no tiene la licencia.

—No le recuerden que luego se pone a llorar.

Escucho a Gigi y la saludo con una sonrisa. Parece contenta, pero creo que ha estado llorando bastante por los ojos hinchados que se trae y dejo de verla porque no quiero sentirme culpable. Sarah también está ahí al otro lado justo detrás de mi asiento, se ve relajada, ella fue la de la idea del viaje y aparte le encanta conocer pueblos pequeños.

Embarcamos el viaje, pero a último momento mis amigos se pusieron locos porque les faltaba comprar más vestimentas y por eso andamos paseando por un centro comercial.

—¿Cómo te sientes?—se acerca Nick a enredar su brazo con el mío—. Sé que en el día del hospital que despertaste hice una escena, pero de verdad no quería echar la culpa a nadie. Además también pido tu perdón por la noche del accidente, fue irresponsable.

—Tranquilo, no estoy molesta. Ya me siento mejor y espero que este viaje nos ayude a relajarnos.

—Yo sé que si.

De vez en cuando Spencer y yo nos lanzábamos miraditas que decían mucho sobre las ganas que tenemos de estar ahora besuqueándonos, pero vamos a tener que esperar para tener nuestro momento a solas.

Por fin las chicas compraron lo que necesitaban, a mi parecer un exceso de prendas para pocas semanas, pero ellas están contentas con sus nuevas compras que no quise hacer otro comentario.

Antes de irnos nos sentamos en una cafetería para poder calentarnos con lo que hemos pedido.

—¿Cuánto tiempo de viaje es?

Gigi le pregunta a mi novio y sé que intenta acercarse, lo noto, lo notan los demás y eso me pone incómoda.

—Me parece que menos de cinco horas.

Nick a mi lado izquierdo resopla—. Demasiadas horas sentado, me voy a quedar sin culito.

—Tranquilo—habla Sarah riéndose—. No se notará mucho la diferencia.

El teléfono de mi amigo suena y lo saca de su bolsillo para consultar el mensaje que le ha llegado, solo por curiosidad me fijé y leí ese mensaje que no parecía ser bueno. Un tal desconocido le decía: "No te vas a salvar de esto, todos se van a enterar de lo que me hiciste".

Sus manos tiemblan bajo la mesa mientras sigue sosteniendo el celular. Le toco el hombro y me mira asustado.

—¿Estás bien?

Bloqueó la pantalla y sonrió como si nada hubiese pasado.

—Si, guapa. Se habrán equivocado de número—termina su café y mira a todos—. ¿Nos vamos?

Nos encaminamos hacia el coche estacionado y me acerco disimuladamente a Sarah que todavía sigue comiéndose un cupcake de arándano que compró.

—He visto algo extraño.

—Mm no soy adivina, Evie. Sé específica.

—Es que a Nick le llegó un mensaje rarísimo y siento que algo esconde.

Lo miramos qdelante caminando despreocupado con las manos en los bolsillos.

—¿Por qué piensas eso?

—Es que se puso nervioso de pronto y no me dijo nada más. ¿Será que tiene un secreto?

Me mira expectante.

—Todos tenemos un secreto. O más.

Es verdad. Yo tengo uno que va caminando delante también con el cabello blanco y brillante despeinado, y esos ojos azules que me derriten. Nick tiene uno. ¿Gigi también? ¿Spencer? Y finalmente veo a Sarah.

—¿Tienes otro secreto aparte de...?

No me gusta hablar de eso, pero ella sabe lo que estoy queriendo decir.

—No, Evie. Te lo cuento todo y no te preocupes que he dejado lo otro.

La abrazo y protesta porque casi hago que se le caiga su postre al suelo.

*

Después de unas cuantas horas y de pasar por carreteras casi desoladas, con los árboles alrededor, un poco de neblina, por fin hemos visualizado un camino y el letrero que pone "Bienvenidos al pueblo de Westlore" colgado en un árbol.

Los chicos atrás se emocionan y Spencer me sonríe discretamente. Y así seguimos el camino hacia nuestro destino. Ya estoy ansiosa por saber lo que nos espera al otro lado.

Masacre en WestloreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora