Joey se encontraba ante una vasta y extensa planicie. El sol abrasador mermaba sus fuerzas y no había rastro de refugio alguno, excepto un viejo y solitario árbol a unos dos kilómetros de distancia.
Después de un buen rato caminando, llegó hasta el árbol. Soltó la mochila con urgencia y se sentó a la sombra. Una suave brisa recorría la planicie, y Joey encontró el lugar perfecto para descansar tras su largo viaje.
Llevaba unas horas allí parado cuando algo llamó su atención. En el tronco del árbol había una pequeña cavidad de la cual sobresalía un objeto envuelto en trapos viejos. Joey se levantó y extrajo con cuidado el artefacto. Retiró los harapos y descubrió un viejo libro cuya cubierta indicaba que era muy antiguo. Su grosor escaso sugería que no contenía muchas páginas.
—¿Cómo ha llegado un libro hasta aquí? —pensó Joey.Buscó el título en la cubierta, pero fue en vano, ya que no aparecía en ningún lado.
—Bueno, veamos al menos de qué trata —pensó mientras lo abría.
En las primeras páginas del anónimo libro, no había rastro del título, pero sí aparecía el nombre del supuesto autor.
—"El Escritor", eh? Espero que el contenido sea más original —sonrió Joey.
Comenzó a leer...---
Bienvenido, joven viajero.
Sabía que algún día alguien encontraría este lugar remoto, así como estas palabras que ahora mismo estás leyendo. Sé que tienes muchas preguntas, pero debes saber que aquí no hallarás respuesta alguna, pues estas ya se encuentran en tu interior.
Si estás aquí, es porque en el fondo de tu ser, necesitabas partir en un viaje para encontrarte a ti mismo, en busca de respuestas, de una luz que te guíe. Sin embargo, algo me dice que has llegado con más fuerzas de las que yo tuve y que pronto partirás de nuevo, en lugar de perecer aquí. Pero dejemos de hablar de mí.
Debes estar pensando: ¿Quién es El Escritor? Lamento decirte que no tengo una respuesta a esa pregunta, pues está mal formulada. En cambio, puedo contestarte a "¿Qué es El Escritor?".
Verás, El Escritor es una materialización de nuestros sueños, de nosotros mismos, dentro de un mundo imaginario creado y regido por nuestra propia mente. De ahí su talento. El Escritor tiene un poder absoluto. Con un simple movimiento de muñeca puede convertirse en el hombre más querido o más odiado, ser famoso, encontrar el amor, viajar por el mundo o en el tiempo, crear, modificar o destruir cualquier situación, lugar o circunstancia. Él es amo y señor de su propio universo y puede hacer con él lo que desee, incluso destruirlo y volver a crearlo.
Sin embargo, todo poder tiene su lado negativo. Todo lo que sale de la mente de El Escritor parece tan real que incluso podemos creerlo, pero es tan irreal como efímero, ya que al final de la obra, todo vuelve a la normalidad, y todo sueño cumplido, toda esperanza, se desvanece como un susurro en la noche.
Así pues, ¿Qué sentido tiene soñar si al final todo desaparecerá? Muy fácil, estos sueños nos pueden servir para superar dificultades, pues si ya lo hemos hecho una vez, aunque sea en ellos, ¿por qué no una segunda? Puede salir mal y no resultar como él quisiera. ¿Qué le queda entonces? Volver a soñar, pues al fin y al cabo, el poder de nuestra mente no tiene límite.
Además, no acaba aquí su poder. Mientras escribe, su mente rechaza todo pensamiento impuro o maligno, todo resentimiento, toda infelicidad, y se transmite a través de sus palabras, quedando libre de toda carga, al menos durante unas escasas horas.
En resumidas cuentas, El Escritor no es una persona que se dedica a escribir, ni alguien que se gana doblones de oro por transmitir memeces a través de pergaminos. El Escritor somos nosotros mismos, nuestro ser, nuestra mente. Tenemos todo su poder, y es tan real como nosotros queramos creerlo. Si somos de mente abierta, este será más poderoso; en caso contrario, estará más limitado, pero no por ello dejará de ser usado, pues es un poder que nos ha sido concedido a toda la humanidad. Queda en manos de cada individuo usarlo con responsabilidad.
Dicho todo esto, espero que mis palabras no hayan sido en vano y hayas encontrado, si no el significado de tu partida, al menos un atisbo de ella.
Por mi parte, no tengo nada más que decir. Ya va siendo hora de dejar paso a la nueva generación. Así pues, joven viajero, toma este libro, haz de él tu guía y rellena sus restantes páginas con tus futuras vivencias. De este modo, las próximas generaciones quizás encuentren de ayuda estas palabras para no volver a dudar.
Gracias y buena suerte...
El Escritor
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Las páginas siguientes estaban en blanco, salvo por una vieja pluma que descansaba en el libro. Joey, con ojos llenos de determinación, guardó el libro en su mochila con sumo cuidado y se preparó para partir. No proseguiría el viaje, pues este justo acababa de comenzar.
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El Escritor
Short StoryEn una vasta planicie, Joey descubre un antiguo libro oculto en un árbol solitario. Sus páginas, llenas de enigmas, revelan verdades profundas y desencadenan un viaje introspectivo. Cada palabra lo empuja hacia un destino desconocido, donde realidad...