CRY FOR ME [Twice x tu]

Capítulo 6: El Viaje Hacia lo Desconocido

Este es el último que subiré hoy🩷 Donde al fin comienza la aventura de _____.

Narra ____:

Me giré para mirar por última vez a mis madres antes de adentrarme en el bosque. Suspiré pesadamente y continué mi camino, con una mano firmemente agarrando el mango de mi espada, lista para desenvainarla si surgían problemas. Detrás de mí, las chicas de Aquorion caminaban a unos pasos de distancia, sus voces murmurando a mis espaldas. Cerré los puños, molesta, pero decidí centrarme en los sonidos del entorno en lugar de ellas.

—Shhh—les hice una señal para que guardaran silencio, habiendo escuchado unas pisadas a unos metros.

—Oye, tú no nos mandas a callar—dijo Nayeon, visiblemente irritada. Rodé los ojos ante su actitud infantil—Eres solo una chispa, y no temo apagarla— la diente de conejos comentó molesta

—Solo mantengan silencio—ordené, intentando captar mejor los pasos lejanos.

—Mira...—respondió Nayeon con molestia—sé que se supone que eres la elegida y todo ese cuento estúpido, pero tú no nos mandas—se cruzó de brazos, desafiándome.

La miré con enojo, notando que el resto de las chicas también me observaban con desdén. Mi mirada se desvió detrás de Nayeon, donde unos destellos inquietantes se movían entre los árboles. Algo peligroso nos estaba acechando. Puse mi mano en la empuñadura de mi espada, lista para atacar si era necesario. Nayeon, al ver mi movimiento, dio unos pasos atrás con miedo, pensando que iba a atacarla a ella. No lo haría, aunque ganas no me faltaban.

Vi cómo la criatura se acercaba, y sin pensarlo, empujé a Nayeon, haciendo que cayera al suelo justo a tiempo para evitar el ataque dirigido a ella.

La criatura se abalanzó justo donde Nayeon había estado de pie unos segundos antes. Con un rápido movimiento, desenvainé mi espada y me enfrenté a la bestia. El choque de acero y garras resonó en el aire, pero las chicas de Aquorion no reaccionaron. Se quedaron paralizadas, sus ojos llenos de miedo y confusión.

—¡Necesito un poco de ayuda por aquí!—grité, pero mi voz no rompió su estado de shock.

La criatura, conocida como Korrath, una amalgama de sombras y chispas de energía oscura, atacó de nuevo. Sin apoyo, bloqueé el golpe con mi espada, aunque el impacto me hizo tambalear. Sentí un dolor agudo en mi costado donde las garras de la criatura habían logrado rasguñarme.

—¡Necesito ayuda!—volví a gritar, pero las chicas seguían inmóviles, incapaces de reaccionar.

La bestia lanzó otro ataque, y esta vez, a duras penas logré esquivarlo, pero no sin recibir un corte profundo en mi brazo izquierdo. Mi visión se nubló por un momento debido al dolor, pero sabía que no podía permitirme fallar. Con un esfuerzo monumental, me concentré y encontré una abertura en la defensa de la criatura.