Salvando a mis padres

Capitulo uno

Año 129 d.c (tierra de los ríos)

Un joven Omega con vestimenta de la casa Bracken se encuentra cerca de las tierras de la casa Blackwood, riendo con sus amigos, cuando escucha una voz que lo pone nervioso.

—No sabía que unos Bracken se habían atrevido a venir tan cerca de nuestro territorio —dice mientras observa al grupo. Sin embargo, al ver a Aeron, su actitud cambia— Dejaré pasar esto, ya que mi querido Omega está aquí.

—Yo no soy tu Omega —Aeron aparta a dos de sus amigos que estaban actuando como escudos para él— Deja de decir tonterías.

—No son tonterías, es la verdad —Davos avanza un poco más hasta llegar casi al límite de la frontera de las dos casas— Sabes muy bien que ese niño que está creciendo en tu interior es mío y no de ese supuesto esposo tuyo.

—Eso no es verdad, este bebé que está creciendo es mío y de Aland, así que deja de decir cosas que no son ciertas —dice mientras, involuntariamente, acaricia su vientre.

—Realmente eres muy testarudo, realmente honras a tu casa —Davos anhelaba abrazar a Aeron, pero sabía que no podía, ya que el Omega lo rechazaba, lo que causaba dolor en el alfa interior de Davos— Acepta de una vez por todas que este bebé es mío.

—Nunca lo voy a aceptar porque no es verdad. Solo estás tratando de destruir a mi padre porque se unió al rey Aegon —dice mientras lo mira fijamente— Estás utilizando la supuesta paternidad del bebé para destruir a mi casa.

—Si quisiera destruir tu casa, ya lo habría hecho —afirma con voz seria.

En ese momento, Davos se acerca más a Aeron, causando que el Omega se ponga nervioso al tener al Alfa a escasos centímetros de él. Los demás jóvenes de ambas casas están atentos, esperando cualquier movimiento por parte de alguno de ellos.

Mientras tanto, en un campo de flores no muy lejos de la casa Bracken, un joven se despierta confundido y comienza a observar a su alrededor sin reconocer dónde estaba. Solo recuerda haberse dormido bajo la luz de las estrellas y se siente realmente desconcertado. De repente, escucha el sonido de unas ovejas y al levantar la mirada, ve a un niño con la vestimenta de la casa Bracken cuidando las ovejas mientras lo observa.

—Hola —dice mientras lo observa y se levanta del suelo— Este es el territorio de la casa Bracken.

—No exactamente, pero estamos cerca de sus tierras —dice mientras lo observa— ¿Eres un mensajero o un viajero?.

—No soy un mensajero. Además, los mensajeros dejaron de existir hace tiempo —el joven se acerca al niño— ¿Sabes si este prado de flores ha estado aquí siempre o plantaron las flores y florecieron recientemente?.

—Este prado de flores siempre ha estado aquí. Las flores florecen cuando la nieve apenas se ha derretido —en ese momento, el niño ve a una oveja alejándose— Tengo que seguir con mi tarea. Si sigues ese camino, llegarás a la aldea Bracken. Te aconsejo que no vayas a la casa Blackwood, son personas peligrosas.

—Está bien, gracias —el joven observa cómo el niño va tras la oveja— ¿Por qué siento que ya he visto a ese niño antes y por qué no sabía de este prado de flores? ¿Qué está sucediendo? —murmura mientras comienza a caminar hacia la aldea Bracken.

El joven Omega continúa caminando hacia la aldea Bracken, y nota un árbol que no había visto antes, además de darse cuenta de que los molinos no estaban quemados, lo cual le parece extraño. De repente, se detiene al sentir un extraño dolor en su corazón, pero no era un dolor negativo, sino más bien una sensación tranquila, como si algo bueno estuviera sucediendo en su interior.