Después de aquella intensa noche, un agotado Francis se levanta de su cama, le duele sentarse, pero al hacerlo, se queda observando un zapato sin agujetas por cinco minutos por ninguna razón.
Piensa en todo lo sucedido hasta que recuerda que debe ir a trabajar, se mete a bañar por obvios motivos y al salir, checa el reloj, ya son más de las 10 am.
Es entonces que se pone la ropa lo más rápido que puede, cosa que el imperturbable doppelganger no lo hace despertar, quedó rendido al sueño después de todo su esfuerzo anoche.
Antes de ir por sus cajas de leche, agarró sus llaves de la mesita de noche, viendo el calendario de reojo, dándose cuenta que es domingo y no trabaja...
Se siente tonto por eso, pero después de tanta cosa pasando por su mente, ya no estaba al atento de esos detalles. Al final, solo se quita su ropa y se queda con sus bóxeres puestos.
Se dirige a la cocina viendo que puede hacer de desayunar, hasta que el teléfono suena y se desvía a contestar.
—Mm si, habla Francis Mosses—
—Oye viejo ¿Acaso no vas a venir? Ya va a empezar la reunión de vecinos— Le dice una familiar voz.
En ese instante, Francis ahogó un grito, había olvidado que hay una reunión de vecinos cada tanto para, originalmente, discutir sobre temas de interés y problemas, pero con el tiempo se convirtió en un lugar de chismes, aunque siguió siendo obligatorio ir.
—¿Fran?— Volvió a preguntar la voz del teléfono.
—¡Ahh! Si, si, ya voy— Dijo con apuro cortando la llamada.
Sin remedio, se vistió y agarró sus llaves, estaba a a punto de irse cuando vio a Hoon durmiendo, quería decirle que ya se iba, sin embargo, se encontraba tan tranquilo reposando que no quiso despertarlo, por lo que escribió una nota en la que aclaraba que volvería luego.
Tras bajar unas escaleras apurado, llegó a la cafetería del edificio, abriendo la puerta con cierto temor.
—Lamento mi tardanza— Aclaró agitado y con pena.
—Hablando del Rey de Roma— Comentó Rafttellyn con apatía.
Con un perfil bajo, se acercó a una silla vacía y se sentó para estar al tanto de lo que hablaban. Se encontraban en un círculo todos los vecinos, se hallaban conversando de la posibilidad de que Francis haya sido reemplazado con un doppelganger.
—Entonces, como iba diciendo, si Francis no fue sustituido por uno de esos dobles... ¿Por qué acaba de llegar y no nos intentó matar?— Puso en duda Arnold.
—¡Porque está esperando a que bajemos la guardia para devorarnos!— Exclamó Mclooy levantándose de su asiento y apuntando con un dedo a Francis.
"Ay Dios..." Pensó el lechero mientras mantenía una mueca de incomodidad en su rostro, con sus ojos viendo a todos lados como pidiendo ayuda.
—Pa' no de nuevo, me avergüenzas— Dijo Steven cubriéndose la cara en un gesto de hartazgo.
—En mis tiempos, debíamos tener la guardia en alto, la guerra nos unía como hermanos, pero siempre había que desconfiar como corderos en un rebaño, el lobo estaba camuflado como uno de los nuestros y ahora con los doppel' no se qué, debemos cuidar nuestras espaldas y...— Hablaba en un tono de guerra el retirado, pero es interrumpido por Margarette.
—¡Rudboys! Por favor, mi muchacho Francis ha hecho su trabajo, estamos de testigos todos, si fuera un doppelganger, ya nos habría matado de puerta en puerta— Argumentó la amable costurera, quien le tiene un claro cariño a Francis.
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Tan travieso y dócil | Francis X Hoon
RomansaFrancis estaba en la monotonía de su vida hasta que llegó este peculiar doppelganger a demostrar que lo puede cambiar todo. Este encuentro le genera la idea de que puede usarlo como un juguete, pero conforme pasa el tiempo, se da cuenta de que puede...