Pizza Guy | Checlerc

La pedí extra grande, Checo.

resultó ganador el checlerc porque compartirán front row mañana💋.

diferencia de edad: Checo 22, Charles 26

advertencia: hay un poco de trama en el porno, voyeurismo

que disfruten. 🤍

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Entregó su pedido, recibió el pago y una propina extra—¡Muchas gracias, señores Webber!— dijo un sonriente y joven Checo de 22 años, mientras el señor Fernando, esposo del señor Webber, cerraba la puerta.

Guardó el dinero y se dio la vuelta dirigiéndose hacia su motocicleta y por lo tanto, al último pedido de la noche.

Checo era un estudiante de derecho que en su escaso tiempo libre trabajaba como repartidor para la pizzería Toto's, con la intención de costearse sus estudios.

Era un sábado por la noche mientras se encontraba recorriendo las calles de Londres, buscando el lugar de destino de una buena pizza margarita.

Al encontrar la casa, pudo ver que se trataba de una típica casa inglesa, de un piso, con decoraciones de ladrillo rojizo en el exterior.

Bajó de su moto, sacó la pizza y se encaminó hacia la puerta color blanco. Leyendo el nombre en el pedido, Sr. Charles Leclerc.

Después de tocar el timbre, esperó unos segundos hasta que escuchó unos pasos acercándose.

Al abrirse la puerta, Checo se dio cuenta de dos cosas.

La primera, ese es el hombre más malditamente apuesto que ha visto.

Y la segunda, el tipo estaba completamente desnudo.

Al ver el estado de su cliente, se sonroja y aparta la mirada rápidamente. Se aclara y garganta y dice —Entrega de pizza para el Sr. Leclerc ¿Necesita que le dé un momento para vestirse?

—Soy el Sr. Leclerc y no te preocupes— su cliente sonríe mientras se apoya en el marco de la puerta —¿Puedes leer el pedido?

Con una voz estrangulada responde —Una pizza extragrande de margarita, serían 15 euros, caballero— trata de mantener su mirada sobre los ojos verdosos y no en los suaves muslos ni el erecto miembro, mientras le extiende el ticket.

Su cliente sonrió. —¿Por qué no entras? Dejé mi billetera en la sala de estar y no me parece correcto dejarte afuera con este frío.

Checo parpadeó ante la oferta —Realmente no se supone que deba entrar a la casa de los clientes...

—Será solo por un momento. Adelante.

El castaño se dio la vuelta y Checo no sabía si había sentido un escalofrío por el viento, o por la vista del bonito culo de su cliente mientras caminaba. Suspiró y comenzó a caminar detrás de él.

Lo recibió una bonita y amplia sala de estar amueblada con un juego de sillones y frente a estos un televisor, en las paredes se podían observar decoraciones en forma de obras de arte y un poco apartado de todo, un gran piano de cola. Además de algunos cuadros de Ferrari y cosas alusivas a la fórmula uno.

—Wow— dijo sorprendido —Tiene una muy bonita casa. ¿Toca seguido el piano?

—Entre otras cosas, de hecho— respondió mirándolo mientras se mordía el labio y rodeada los sillones —Pero déjame buscar mi billetera...

Sin cuidado alguno, su cliente se dejó caer sobre el apoyabrazos del sofá, dejando a su completa vista, la bonita curva de su trasero.

A Checo la sangre se le fue al sur con velocidad al ver una joya entre esas dos mejillas, mierda, su cliente llevaba un plug anal.