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Moa pov:

Abrí los ojos algo desorientada, hasta que recordé lo del encierro en el estudio de Suzuka. Miré a mi lado y la encontré dormida abrazando mi cintura pegada a mi espalda.

Miré el pequeño desorden del lugar, ropa en cualquier lado y los vasos en la mesita, botellas sobre el escritorio.

-Dios- me estiré y gemí de dolor ante la tirantez de mi espalda, Su tenía razón, no era un buen lugar para hacer el amor de forma ruda.

Me levanté con cuidado, sacando su brazo de mi cintura lentamente para no despertarla, busqué mi ropa y me la puse ignorando la ropa interior. Entré al baño que ahí había, me lavé la cara y los dientes, mirándome en el espejo de cuerpo entero que había en un rincón.

-Maldita seas Nakamoto- suspiré al ver las marcas, algunas rojas y amoratadas, en mi cuello y pecho -No debemos estar tanto tiempo sin sexo- sonreí y negué.

Terminé mis necesidades y salí, encontrando a Suzuka apenas levantándose.

-Buenos días- reí levemente al verla con el ceño fruncido y despeinada.

-¿Ves por qué te digo que no es un buen lugar?- se sonó el cuello y masajeó sus hombros -¿Qué hora es?-

-Las 8:40am- miré el reloj digital.

-¿Y como haremos para salir?- se vistió y señaló la puerta -Las idiotas seguro están durmiendo todavía-

-De eso me encargo yo cariño- le guiñé el ojo y agarré un clip del montón que había en el escritorio.

Le di una forma particular y me acerqué a la puerta, metí el clip en la cerradura y empecé a moverlo con cuidado.

-¿De dónde aprendiste eso?- señaló mis movimientos con curiosidad.

-Hago esto de años, no podia forzar fácilmente algunas casas debido a los sistemas de seguridad que había en los condominios- la miré un momento y sonreí -Cosas prácticas que aprendí de la calle- escuché el clic y abrí la puerta.

-Deberías enseñarne- sonrió y salimos.

Subimos a nuestra habitación y nos dimos una merecida ducha de agua caliente por mucho rato.

-Te habría hecho el amor otra vez, pero tengo calambres en las piernas- Su sonrió mientras nos envolvíamos en toallas.

-No volvamos a discutir- le di una nalgada y salí a la habitación, me sequé y cambié ante la atenta mirada de ella -Se levantó la carpa- sonreí y señalé su cintura, percibiendo la erección.

-Mierda es tu culpa, tienes un cuerpo realmente sensual y te aprovechas- me frunció el ceño y entró de nuevo en el baño.

Reí y salí de la habitación, peinándome y yendo directo a la cocina. Empecé a preparar el desayuno, cantando una canción y moviéndome por el lugar, agarrando diferentes cosas.

-Dame todo adentro del closet- puse la cafetera y herví la leche -Muérdeme, jálame, chúpame- moví mis caderas.

-¿Qué demonios haces?- escuché la voz de Kano y grité del susto, dándome la vuelta.

-¡¿Y a ti que te pasa idiota?!- le di un manotazo.

-¿Qué te pasa a ti?- sobó su brazo -¿No deberías estar encerrada o algo?- señaló atrás de ella.

-Pues salí- me encogí de hombros -¿No es muy obvio?-

-No, pensé que eras un espíritu corpóreo- rodó los ojos -¿Y Su? Se ve que se divirtieron anoche- miró mi cuello.

Feromonas y Heroína (TEMPORADA DOS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora