Capítulo VIII: Charla nocturna.

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Mina miraba el humo salir de la taza y después vió a Nayeon dar un pequeño sorbo tomando la taza con ambas manos. Es tierna; pensó viendo como esta gemía por lo bajo ante la sensación de la leche caliente en su boca.

—Mi madre solía darme leche caliente cuando no podía dormir—Dijo dejando la taza de nuevo en la barra y se concentraba en la alfa—. ¿A ti no?

Mina chistó con gracia.

—De hecho, no. Cuando salía de mi habitación a decirle a mi madre que no podía dormir, mi otra madre me regañaba diciéndome que no debía molestar—Recordó y Nayeon le dio una mirada de pena—. Sé de la leche caliente gracias a Jiwoo, hay noches en las que simplemente no puede dormir y tengo que leerle cuentos mientras la toma. Eso fue un consejo que leí en internet—Agregó sonriendo y volviendo a darle un sorbo a su taza mirando a Nayeon.

—¿Cómo llegaste a eso?—Cuestionó curiosa la omega.

—Ser madre soltera no es fácil Nayeon, menos siendo una alfa. Sé que a los omegas los educan desde pequeños a hacer cosas tan simples como cambiar un pañal o a tener ese instinto con sus cachorros de saber sus necesidades, pero a mi nunca me enseñaron nada de eso. A mi hermana la obligaban a servir la comida, asear la casa, lavar los platos, la ropa...Y a mi simplemente a dejar que ella lo hiciera aún cuando era menor que yo—Suspiró y rascó su cabeza—. Todo lo que he aprendido ha sido desde cero, he buscado en sitios web, he intentado instruirme con algunos doctores y aún así todos llegan a la conclusión de que simplemente debo dejárselo a mi omega.

Hubo un silencio breve, Nayeon la miraba indescifrable para saber sus pensamientos, aún así Mina los quería saber.

—Puedo entenderlo, pero no lo comparto. ¿Por qué los omegas tenemos que ser los esclavos? Pff, si fuera por mi que los alfas tuvieran las responsabilidades de nosotros—Su resentimiento salió a la luz de nuevo, sorprendiendo a Mina—. Somos parecidas en eso, salimos de los roles, somos más que una alfa y una omega. Cuando comencé a pintar fue un lío porque en vez de ir servirle la cena a mis hermanos y a mi padre, simplemente me encerraba a crear cuadros con mi frustración. Era como una mariposa cautiva en una jaula.

—Me alegra conocer a alguien así—Soltó Mina haciendo que Nayeon abriera más sus ojos con sorpresa ante la confesión—. Somos unas ovejas negras—Agregó sacando una carcajada de Nayeon quien después se tapó la boca para no hacer ruido.

Mina rió y decidió beber más leche que ya estaba tibia.

—Ni lo digas...—Dijo Nayeon con diversión después de calmar su risa, pasó su pulgar por la taza y la llevó a su boca—. A mi también me alegra conocerte, eres la primera vecina que he tenido y la mejor.

Mina sonrió y solo negó.

Estuvieron en silencio unos minutos minutos, la japonesa decidió terminar su taza a lo que fue seguida por Nayeon. No era incómodo, se sentía tranquilo y relajante para ambas.

—¿Puedo preguntar algo?—Cuestionó Mina rompiendo el silencio. Para ella era ahora o nunca.

Nayeon levantó la mirada de su taza asintiendo con rapidez. Mina se sintió nerviosa de repente, aún así preguntó lo que le rondaba la cabeza cuando estaba en la cama.

—¿Tienes a algún alfa cortejandote?

Nayeon dejó la taza en la barra con seriedad, Mina se arrepintió al instante de la pregunta al ver la reacción de la omega. ¡Era una idiota por preguntar eso!

—No, Mina. He renunciado a mi vida con un alfa—Contestó mirándola sin sonreír—. Sé que conseguir uno que me deje tener las mismas libertades que tengo ahora es casi imposible.

Mina sintió una daga en el corazón, como si esa respuesta se la dijera la mujer de la que lleva enamorada media vida.

—E-Entiendo...Tal vez si esté, sé que hay algunos que no pensamos igual.

Nayeon sonrió y negó. Eso alivió a Mina, quien pensaba que la omega se levantaría para irse por esa pregunta.

—¿Y tú, Mina? ¿Desposarías a alguna otra omega?—Preguntó haciendo que la japonesa quedara muda.

Estaba desprevenida, para ella en esos cinco años criando a Jiwoo nunca hubo una cabida para eso. Sabía que el paquete para una omega nueva era de dos, además el tener que pasar ese proceso de cortejo, relación y demás era algo a lo que no le iba a dedicar tiempo cuando tenía una hija pequeña a la que prestar atención. Un año atrás hubiera dicho un rotundo no, sin embargo, su respuesta flanqueaba justo ahí en frente de la omega que había despertado de nuevo su alfa interior.

—¿Yo...? Hmm...—Sonrió nerviosa y se rascó la cabeza—. Es difícil.

—¿Difícil?

—Sí, Nayeon, difícil.

La castaña levantó una de sus cejas y se cruzó de brazos. Sus feromonas estaban a punto de hacer que Mina se desmayara, su olor de repente la golpeó con fuerza y ella quería huir...de su propia casa.

—Sí, bueno, tengo una hija...Y trabajo mucho.

—Eso no es un impedimento—Objetó Nayeon.

El nerviosismo seguía amenazando a Mina. Esta relamió sus labios bajo la misma atenta de Nayeon.

—Tienes razón—Suspiró y se levantó para tomar las tazas—. Creo que simplemente es complicado para la omega.

—¿Qué quieres decir?—Cuestionó Nayeon mientras le daba la espalda para poner las tazas en el fregadero.

—Quiero decir que soy difícil de amar, después de lo de Chaeyoung—Contestó poniendo sus manos en el borde sin voltear todavía hacia Nayeon—. Aún pienso en ella.

Mina sentía la mirada de la omega encima de ella, se sentía intimidada, como si los roles hubieran cambiado y ella fuera una omega siendo interrogada por una alfa. Apenas pudo reaccionar cuando la mano calida de esta se posó sobre la suya y su mirada se dirigió al rostro de esta.

—Y está bien, es entendible que aún pienses en ella cuando tienes un recordatorio de ella en el piso de arriba—Le dijo, el corazón de Mina se iba a salir del pecho por la cercanía de ambas. Quería abrazarla con fuerza, pedirle que la acompañara en su cama fría y desolada...Que la quisiera.

—Nayeon...

Lo hizo, la abrazó con fuerza cerrando los ojos, sintiendo la respiración calmada de la omega en su cuello mientras sus manos subían por su espalda y se aferraban allí. Fue repentino, un deseo que fue más allá de las contenciones que Mina había puesto esas semanas conociéndola, pero no se sintió mal, el olor a cerezas llegaba a sus fosas nasales calmándola y de pronto Nayeon se sintió cómoda para ella, no quería dejarla ir. Fueron unos segundos más hasta que ella pensó que era mejor separarse, vió los ojos de la castaña que la admiraban con cariño y la leve sonrisa que le daba esta.

—Gracias por la leche, Mina. Creo que ahora podré dormir—Le dijo.

Mina tomó la mano de la mujer antes de que se fuera, esta la miró expectante.

—Gracias a ti, Nayeon—Contestó apretando con cariño la mano de esta.

Se sonrieron. El espacio se acortó. El corazón de Mina dio un vuelco cuando los labios de Nayeon se posaron en su mejilla por unos segundos para después dejarla allí parada en silencio viendo como la omega se iba, sus dedos tocaron su mejilla, parpadeó lentamente y después suspiró.

Definitivamente Im Nayeon era otra cosa. Algo inexplicable para ella.

Single Alfa | MinayeonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora