Protein Milk | Kageyama Tobio

3. Sueños

Narra Kageyama

Me despierto todo sudado y acelerado, tuve un sueño culiao extraño, lo más raro es que estaba la Aiko. Sus ojos se me aparecieron durante todo el sueño.

Veo la hora en mi celular, 7:40 am, menos mal que ya todos a las 8 nos tenemos que levantar. Trato de dormir los veinte minutos que me quedan pero solo me doy vueltas. Mejor

— Pareci mojón en el agua —dice el Tsukishima— deja dormir culiao.

— Ni son las ocho y ya andai enojao weon.

— Es que si no me dejai dormir por tanto que te movi ¿Queri que salte en una pata? —me mira mal— quédate quieto weon.

El conchesumadre pesao weon. Se nota que el Yamaguchi no se lo pone hace rato.

Me pongo a contar ovejas esperando que se pase la hora. La primera alarma en sonar es la del Daichi, que empieza a levantarnos a todos para ir a desayunar.

— Hablaste dormido —dice el Hinata mientras se restriega un ojo— repetiste "Que bonitos" como cinco veces.

— Tuve un sueño raro —me pongo un poleron.

— ¿De qué?

— No me acuerdo bien —me hago en weon— solo sé que fue extraño.

— Ah, bu —se estira— vamos a desayunar, tengo hambre.

Nos vamos al comedor, ya hay varios de los otros equipos aquí. El Hinata me obliga a acercarme a la mesa donde están la Yachi y la Kiyoko para saludar. El único atado es que la Aiko está ahí, y me perturba recordar que soñé con ella.

— Siéntense con nosotras po —dice la Yachi— total la mesa es gigante, los chiquillos demás alcanzan después.

Pa mi cuea, quedo sentado frente a la Aiko, trato de no hacer contacto visual con ella pero pasa igual.

Oh conchetumare sus ojos.

¿Qué chucha me pasa?

Narra Aiko

¿Y a este qué le pasa? me miró y como que se asustó, ni que fuera tan fea.

Me siento tan extraña weon, soñé con este weoncito. No me acuerdo casi nada pero sé que era él el que estaba ahí. Además, ayer quedé emboba con sus ojos azules. Tan pesado que es el culiao pero es tan mino, me da rabia esa wea.

— ¿Cachaste que mañana estará cerrado el gimnasio? —me habla el Kageyama.

— ¿Ah? ¿En serio?

— Sí, es que van a arreglar algunas maquinas —me muestra una historia del insta del gimnasio— por si pensabas ir.

— Gracias, no tenía ni idea —le medio sonrío— justo pensaba en ir mañana.

— ¿Ya te acostumbraste a ir?

— No mucho, es que si el Kuroo no va me da lata, me cuesta caleta ir sola —suspiro— pero tengo que tratar de ir igual.

— Es complicado ir al gimnasio al principio pero con el tiempo se le agarra el ritmo —toma de su vaso.

Qué incómoda esta wea. El weon me habla pero ni siquiera me mira, no sé que chucha le pasará.