"En el laberinto de las emociones humanas, al igual que en el mito de Teseo y el Minotauro, encontrar la salida requiere enfrentarse a nuestros monstruos interiores."
Londres, Presente.
Mientras Jade seguía sumido en su dolor y desesperación en su habitación, un cambio inesperado estaba ocurriendo en la casa de los Grant. La puerta principal se abrió con una ligera brisa que traía consigo un aire de incertidumbre. Alex entró con Joans a su lado, y la sorpresa de la llegada de Joans se notó de inmediato.
La señora Grant, al ver a su hijo después de tanto tiempo, no pudo contener las lágrimas. Corrió hacia él con los brazos extendidos, abrazándolo con una intensidad que hablaba de meses de angustia y preocupación.
—¡Joans! —sollozó mientras lo envolvía en un abrazo apretado—. ¡Estás aquí! No puedo creerlo... ¡Te hemos extrañado tanto!
Joans, aún atónito por la sorpresa, abrazó a su madre con un suspiro. A pesar de la tensión que había en su relación, la emoción del reencuentro era palpable.
El señor Grant, más reservado, se acercó a Joans con un leve asentimiento y un abrazo firme. La preocupación en su rostro era evidente, pero su alegría por ver a su hijo de vuelta también era sincera.
—Joans —dijo el señor Grant, su voz grave pero cálida—. Me alegra verte. Hay cosas de las que necesitamos hablar. Alex, ven conmigo.
Alex miró a Joans con una mezcla de alivio y preocupación antes de seguir al señor Grant, que lo condujo hacia un rincón más privado de la casa.
Mientras tanto, Hanna apareció corriendo por el pasillo. Al ver a Joans, se lanzó a sus brazos con un abrazo efusivo. La emoción en su rostro era inconfundible; el reencuentro con Joans parecía ser el alivio que había estado esperando.
—¡Joans! —exclamó Hanna—. ¡Estás aquí! No sé cómo sucedió, pero estoy tan feliz de verte. ¡Te extrañé!
Joans, aún abrumado por el caos emocional que lo rodeaba, le devolvió el abrazo, agradecido por el apoyo de Hanna en medio de la confusión.
Mientras todos se reconectaban, Jade permanecía en su habitación, ajeno al drama que se desarrollaba en la planta baja. La situación había tomado un giro inesperado, y el silencio en su cuarto le permitió procesar la intensidad de las emociones que aún lo atormentaban.
Alex, al darse cuenta de que algo no estaba del todo bien, notó la tensión en el ambiente y el cambio en la mirada del señor Grant. Algo había sucedido mientras él estaba fuera, y decidió que necesitaba averiguar qué estaba pasando.
Se acercó al señor Grant con cautela.
—Señor Grant, ¿qué ha pasado? —preguntó Alex, tratando de captar cualquier señal de lo que podría estar ocurriendo.
El señor Grant lo miró, su expresión grave, y solo dijo:
—Sube a la habitacion de Jade y dile que Joans regreso.
Alex asintió confundido, sintiendo una creciente preocupación. Miró a Joans y a los demás antes de dirigirse hacia aquella habitacion que llevaba años sin ocuparse. Sabía que algo estaba ocurriendo, pero la situación no estaba del todo clara para él.
Mientras tanto, Jade, aún en su habitación, estaba absorto en sus pensamientos. Había un dolor palpable en su pecho mientras miraba la foto antigua de Joans y él, una prueba de los tiempos más felices. Decidió que era el momento de regresar a su casa, sintiendo que su presencia allí ya no era necesaria. Tomó su abrigo y la memoria de su computadora, preparándose para salir.
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Ecos de un Amor Perdido
Novela Juvenil"Ecos de un Amor Perdido" es una historia conmovedora sobre el amor efímero y el dolor duradero de la pérdida. Jezebel, una joven apasionada por la mitología y las historias antiguas, se encuentra atrapada en el torbellino de un romance con Joans, u...