El gol del corazón // Robin Le Normand

028.Decisiones complicadas

El sol estaba comenzando a ocultarse en el horizonte cuando Robin llegó al campo de fútbol para recoger a Leo. Había sido un día ajetreado para la familia, con la rutina del trabajo, el cuidado de Matteo y las actividades de Leo. Sin embargo, Robin estaba emocionado por el tiempo que pasaría con su hijo y por escuchar cómo había ido su entrenamiento.

Leo, todavía con la energía de un entrenamiento bien hecho, se acercó a su padre con una gran sonrisa.

— ¡Papá! ¡Hoy jugué muy bien! —dijo Leo, mientras subía al coche.

— ¡Me alegra escucharlo, Leo! —respondió Robin, sonriendo—. Vamos a casa, y luego podemos hablar sobre cómo fue el entrenamiento.

Mientras Robin ayudaba a Leo a acomodarse en el coche, el entrenador del equipo de Leo se acercó para entregarle un documento.

— Hola, Robin. Necesito que le des esto a Alicia. Es un formulario que debe firmar para que Leo pueda participar en una serie de partidos con las categorías inferiores en Barcelona. Es una gran oportunidad para él.

Robin tomó el papel y lo revisó brevemente. Era un formulario de autorización que permitía a Leo viajar fuera de la ciudad para participar en los partidos de formación en Barcelona. Estaba lleno de detalles sobre los partidos, el alojamiento y las fechas. Sabía que este viaje podría ser una excelente oportunidad para el desarrollo futbolístico de Leo, pero también entendía que implicaría varios ajustes en su vida familiar.

— Gracias, lo llevaré a casa y se lo mostraré a Alicia. Hablaremos sobre ello esta noche —dijo Robin, mientras se subía al coche con Leo.

De regreso a casa, Robin y Leo conversaron sobre el día, y Leo estaba lleno de entusiasmo por la posibilidad de jugar en Barcelona. La emoción de Leo era palpable, y Robin compartía su entusiasmo, pero también sentía la necesidad de discutirlo a fondo con Alicia.

Al llegar a casa, Alicia estaba en la cocina, preparándoles una cena rápida. Robin entró con el formulario en la mano y se lo mostró.

— Alicia, el entrenador me dio esto hoy —dijo Robin—. Es un formulario para que firmemos y autoricemos a Leo a viajar a Barcelona para jugar con las categorías inferiores. ¿Podemos hablar de esto?

Alicia miró el formulario con interés, sintiendo una mezcla de emoción y preocupación.

— ¡Vaya, eso es una gran oportunidad para Leo! —dijo Alicia—. Pero también es un gran cambio. ¿Cómo te sientes al respecto?

— Creo que es una excelente oportunidad para su desarrollo —respondió Robin—. Pero también necesitamos considerar cómo va a afectar nuestra rutina familiar y a Leo mismo. ¿Qué piensas?

Alicia asintió, entendiendo la importancia de la decisión.

— Tienes razón. Necesitamos hablar con Leo y ver cómo se siente él al respecto. No quiero tomar una decisión sin saber qué opina. ¿Qué te parece si lo llamamos y lo conversamos con él?

Robin estuvo de acuerdo y llamaron a Leo, quien estaba en su habitación, jugando con sus juguetes.

— Leo, ven aquí un momento —llamó Alicia.

Leo salió de su habitación y se acercó a la sala de estar, mirando a sus padres con curiosidad.

— ¿Qué pasa? —preguntó Leo.

— Bueno, Leo, el entrenador nos dio este formulario para autorizarte a viajar a Barcelona y jugar con las categorías inferiores —dijo Robin, mostrándole el documento—. Queremos saber cómo te sientes al respecto y qué piensas sobre esta oportunidad.

Leo miró el formulario con una mezcla de asombro y emoción.

— ¿De verdad puedo ir a Barcelona? —preguntó Leo, con los ojos brillando.

— Sí, pero antes de tomar una decisión, queremos saber qué opinas —respondió Alicia—. ¿Te gustaría ir? ¿Qué piensas sobre estar lejos de casa por un tiempo?

Leo pensó en la pregunta, su mente lleno de imágenes de los partidos y el viaje.

— ¡Sí, me encantaría ir! —dijo Leo—. Creo que sería increíble jugar en Barcelona y conocer a nuevos amigos. También me gustaría aprender más y mejorar en el fútbol.

Alicia y Robin se miraron el uno al otro, sintiendo una mezcla de orgullo y preocupación.

— Está bien, Leo. Si realmente quieres hacerlo, apoyaremos tu decisión —dijo Robin—. Solo queremos asegurarnos de que estés preparado para el cambio y que sepas lo que esto implica.

Alicia asintió, con una sonrisa.

— Estoy de acuerdo. Si estás decidido a ir, lo haremos. Pero también necesitaremos organizarnos para que todo esté en orden antes de tu viaje.

Leo estaba emocionado y agradecido por el apoyo de sus padres.

— ¡Gracias, mamá y papá! ¡Prometo hacerlo bien y disfrutar de la experiencia!

Esa noche, mientras la familia se sentaba a la mesa para cenar, la conversación giró en torno a la preparación para el viaje de Leo y cómo organizar todo para asegurarse de que la experiencia fuera positiva para él. Alicia y Robin comenzaron a hacer planes para coordinar el viaje, el alojamiento y la logística, mientras Leo soñaba con su próxima aventura en Barcelona.

A medida que el día llegaba a su fin, la familia estaba unida en su apoyo a Leo, listos para enfrentar el próximo capítulo en su vida con entusiasmo y optimismo. Con cada decisión que tomaban, sabían que estaban construyendo una base sólida para el futuro de su hijo, llena de amor y oportunidades