El Misterioso Alfa de Kim Dokja

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Kim Dokja se encontraba caminando por las ruinas de una ciudad devastada, buscando pistas sobre el próximo escenario. La atmósfera estaba cargada de tensión, con escombros y restos de edificios por todas partes. Estaban avanzando cuidadosamente a través de los escombros cuando de repente, el cielo comenzó a oscurecerse. Nubes densas y negras se arremolinaban sobre ellos, señalando el inicio de una tormenta de probabilidad. La  en el aire se volvió opresiva, y los destellos de energía inestable comenzaban a manifestarse a su alrededor.

—¡Todos, aléjense de aquí! — gritó Kim Dokja, tomando rápidamente el control de la situación. —¡Encuentren un lugar seguro y no se detengan hasta que la tormenta pase! —

Los compañeros de Kim Dokja, aunque preocupados, confiaban en su juicio y comenzaron a dispersarse en busca de refugio. Kim Dokja, sin embargo, tenía otra misión en mente. Con un sentimiento persistente de que algo importante estaba ocurriendo, decidió investigar el epicentro de la tormenta.

A medida que se acercaba al centro de la tormenta, la probabilidad y la energía caótica aumentaban. Era como si el mismo universo estuviera desmoronándose y recomponiéndose a cada paso. Finalmente, en medio de la tormenta, vio una figura imponente y familiar. Su físico estaba moldeado por años de batallas y experiencias duras, lo que se reflejaba en cada línea de su rostro y en cada músculo de su cuerpo. Tenía una postura erguida y segura, propia de alguien acostumbrado a liderar y proteger a los demás. El rostro del hombre era serio e impasible, con rasgos afilados que reflejaban su determinación y su capacidad para soportar grandes cargas emocionales. Sus ojos, oscuros y penetrantes, revelaban tanto su intensidad en la batalla como su profundo compromiso con su misión. Aunque su apariencia exterior a veces podía parecer distante o fría, Kim Dokja sabía que detrás de esa máscara se escondía un corazón lleno de preocupación por los demás y un deseo ferviente de proteger a aquellos que le importaban. Yoo Jonghyuk.


Yoo Jonghyuk de la regresión 999


El favorito de Kim Dokja.


Yoo Jonghyuk estaba de pie en una postura defensiva, su mirada intensa y alerta, escudriñando su entorno en busca de amenazas. Parecía estar luchando contra la tormenta con su mera presencia, desafiando las fuerzas de probabilidad que se arremolinaban a su alrededor.

Kim Dokja sintió un repentino nerviosismo. Su corazón latía con fuerza y empezó a sudar ligeramente. No podía evitar que su mente se llenara de pensamientos frenéticos. —¿Qué debo decirle? ¿Qué debo hacer? —. Este era el Yoo Jonghyuk de la regresión 999, el más formidable y experimentado. Se acercó con cautela, consciente de que cualquier movimiento en falso podría desencadenar una reacción violenta, pero sus pies se sentían pesados y cada paso parecía resonar en sus oídos.

Kim Dokja intentó hablar, pero las palabras salieron entrecortadas. —Y-Yoo Jonghyuk... ¿estás bien? Yo, yo... —La tensión en el aire era palpable mientras se acercaba, intentando explicar la compleja situación que los rodeaba.

Yoo Jonghyuk, alerta y siempre en guardia, no mostraba señales de bajar la guardia. Su espada estaba lista, amenazante, reflejando su constante estado de vigilancia y su instinto agudo de supervivencia. Cada gesto de Kim Dokja era observado con intensidad, sus ojos oscuros evaluando cada movimiento, cada palabra que salía de sus labios.

Para Kim Dokja, la sensación era abrumadora. Sabía que Yoo Jonghyuk no era fácil de convencer ni de confiar plenamente, especialmente cuando fue atrapado en la tormenta de probabilidad y escupido en otra regresión. Aunque tenía una misión importante de explicar y controlar a un regresor dispuesto a todo para conseguir lo busca pero solo a coste de su propia vida, esa era unas de as razones por la que adoraba esta regresión

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