Capítulo 19: Tal vez no quiera frenarlo

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Desde que el imbecil de Atlas envió el último mensaje, me he quedado algo nerviosa por ese "seguirá cuando llegue a casa"

El idiota es muy imprudente y hasta cierto puesto es bastante irritante, no creo que esto sea justo para mis nervios, podría morir de un infarto; sin mencionar que no hay tema del cual hablar. El dijo que no le gusta, yo me dije a mi misma que el no me gustaba, fin del problema. Aún así, no entiendo cuál es el empeño que tiene con lo mismo, se supone que todo debe estar más que claro entre nosotros. Simplemente no lo entiendo, en lo absoluto

— Comes rápido —dije más para mí que para el bebé—. Te llevaré a la cama, ¿te parece? —el solo me mira, dándome una linda sonrisa—. Tomaré eso como un si

Mientras subí las escaleras con cuidado para no despertar al pequeño, escucho mi teléfono sonar abajo, termino por subir las escaleras rápido y dejar al bebé con su manta sobre su cuna. Bajo lo más rápido que puedo y veo de quién se trataba

<< ¿Ahora que mierda quiere? >>

Pienso dos veces antes de devolverle la llamada, pero al final lo paranoia termina por ganarme y a mala gana lo llamo

— ¿Qué quieres? —espero una contestación inmediata a mi mal hablar, pero en vez de eso, lo que recibo es un silencio total—. ¿Atlas...? —esta vez solo escucho su respiración—. ¿En dónde demonios estás?

¿Hola? —es la voz de un chico, sin darle mayor importancia respondo

— Si, disculpa, ¿Atlas está ahí?

¿El pelirrojo?

— Exacto

Si, está conmigo, pero creo que se pasó de tragos

— Ese hijo de... ¿podrías darme la dirección para ir a buscarlo?

Enseguida el chico me dijo la dirección y sin opción dejé a los niños en casa, teniendo que ir caminando hasta mi casa y sacar el auto, el cual no moví antes por culpa del imbecil al que ahora tengo que pasar a buscar. Cuando llegue al local, dejo el auto aparcado fuera y entre con la esperanza de encontrar al pelirrojo un poco mejor; para mi sorpresa o desgracia en este caso, el está perfectamente bien. ¿El muy desgraciado solo hizo aquel espectáculo para que viniera?

— Oye, ¿qué demonios pasa contigo?

— Vaya, pensé que no vendrías

— Espero que tengas una buena excusa para que me hayas hecho dejar solos a los niños

— Necesito que me saque de aquí —susurra, pero yo no comprendo lo que dice. Me indica con su mirada a una mujer de cabello castaño quien se acerca—. Solo sígueme el juego

— ¿Por qué mierda haría eso?

— Para irnos de aquí los más pronto posible —antes de que pueda negarme o siquiera decir una palabra, la mujer se planta frente a nosotros con una cara de muy pocos amigos cuando nota mi precencia—. Alina, creo que la reunión llega hasta aquí...

— ¿Por qué lo dices?

— ¿Recuerdas que te dije que vendrían por mí?

— Claro. Fue lo primero que dijiste cuando llegaste

<<Tenia todo perfectamente calculado, el muy idiota>>

— Pues, aquí está quien vino por mí —informa el chico, mientras me señala a mí, dejándome en blanco—. Te presento a mi novia, Maliah

— ¡¿Tu que?! —cuestionamos las dos al unísono, haciendo que el chico solo intente contener una carcajada

— Hermosa, ella es la vieja amiga de la que te hable, ¿recuerdas? —su mirada se clava en la mía y su ipocrita sonrisa es insoportable

Mientras caiga la nieveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora