056.El legado Le normand

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Un año había pasado desde que Robin Le Normand decidió retirarse del fútbol profesional, y la vida de la familia había cambiado de muchas maneras. Ahora, la familia Le Normand había crecido con la llegada de Victoria, la tan ansiada niña, que había traído alegría y equilibrio a un hogar lleno de energía y amor.

Victoria, de apenas unos meses, era el centro de atención de la familia. Alicia y Robin estaban encantados con su pequeña princesa, mientras sus hermanos mayores la cuidaban con devoción. Leo, con 17 años, estaba en la cúspide de su joven carrera futbolística, acumulando logros y experiencia a una velocidad impresionante. Matteo, a sus 10 años, seguía avanzando rápidamente en las categorías inferiores del fútbol, mostrando un talento natural que prometía un futuro brillante. Luka, con 8 años, empezaba a destacar en el karting, un mundo que le apasionaba tanto como el fútbol a sus hermanos mayores. Alex, con 3 años, aún no mostraba un interés particular por algún deporte, pero sus padres sabían que aún tenía tiempo para descubrir su pasión.

Robin disfrutaba de su retiro, dedicando cada día a sus hijos y a Alicia. Aunque extrañaba la adrenalina del fútbol, no cambiaba por nada los momentos que pasaba con su familia. Cada entrenamiento de sus hijos, cada carrera de Luka, y cada avance de Victoria le llenaban de orgullo y felicidad.

Una tarde soleada, la familia se reunió en el jardín de su casa. Robin y Alicia observaban a sus hijos jugar, con Victoria en brazos de su madre.

— Mira cómo corren —dijo Alicia, sonriendo mientras veía a Leo y Matteo patear un balón, y a Luka conduciendo su pequeño kart por el jardín.

— Sí, son increíbles —respondió Robin, con una sonrisa satisfecha—. No puedo esperar a ver lo que el futuro les depara.

En ese momento, el teléfono de Robin sonó. Era una llamada de un número desconocido. Respondió y, tras unos minutos de conversación, colgó con una expresión pensativa en su rostro.

— ¿Todo bien? —preguntó Alicia, notando el cambio en su esposo.

— Sí, solo que... esa llamada era de un equipo de la Premier League. Están muy interesados en Leo y quieren hacer una oferta formal —dijo Robin, mirando a su hijo mayor con orgullo y preocupación.

Alicia suspiró, sabiendo que tarde o temprano llegaría el momento en que Leo tendría que decidir sobre su futuro.

— Bueno, hablaremos con él esta noche. Es su decisión —respondió Alicia, confiando en que su hijo sabría qué hacer.

Mientras tanto, Luka se acercó a sus padres con una gran sonrisa en su rostro.

— ¡Papá, mamá! ¡He ganado la carrera en mi club de karting! Dicen que soy muy bueno y quieren que participe en una competencia nacional —anunció emocionado, mostrando su trofeo.

Robin y Alicia se miraron, impresionados por el talento y la determinación de Luka.

— Estamos muy orgullosos de ti, campeón —dijo Robin, abrazando a su hijo.

Esa noche, después de cenar, la familia se reunió en el salón. Robin y Alicia decidieron hablar con Leo sobre la llamada recibida.

— Leo, hoy me llamaron de un equipo de la Premier League. Están interesados en ti y quieren hacer una oferta —dijo Robin, observando la reacción de su hijo.

Leo, aunque sorprendido, mantuvo la calma. Había soñado con jugar en grandes ligas, pero también amaba la Real Sociedad y su vida en San Sebastián.

— Es una gran oportunidad, pero necesito pensarlo. Amo la Real Sociedad y nuestra vida aquí —respondió Leo, mirando a sus padres en busca de consejo.

— Tómate tu tiempo, hijo. Sabemos que tomarás la mejor decisión para ti —dijo Alicia, sonriendo con confianza.

Mientras Leo reflexionaba sobre su futuro, Luka continuaba hablando emocionado sobre la competencia de karting. La familia escuchaba con atención, sintiendo que el futuro de los Le Normand estaba lleno de posibilidades y aventuras.

Robin y Alicia, con Victoria en brazos, se sintieron agradecidos por la familia que habían construido y por los desafíos y alegrías que aún estaban por venir. Aunque Robin había dejado atrás su carrera como futbolista, sabía que el legado de los Le Normand continuaría a través de sus hijos.

Con un futuro brillante para Leo en el fútbol y para Luka en el karting, la familia Le Normand se preparaba para enfrentar los próximos capítulos de su vida con esperanza y entusiasmo, sabiendo que la historia no acababa aquí, sino que apenas comenzaba una nueva era de logros y sueños por cumplir.

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Les gustaría una segunda temporada??

El gol del corazón: La historia de Robin y Alicia Donde viven las historias. Descúbrelo ahora