Los años pasaron, y los ninjas como los conocíamos pasaron a ser historia. Las personas que hacían uso del Chakra cada vez eran menos debido al esfuerzo que desarrollar dicha habilidad significaba, además, no era algo asegurado ser portador de ch...
La cosa más común puede tener el valor más grande ante nuestros ojos.
Cuando un tesoro se rompe, el corazón se lastima. Y Hinata tenia el corazón roto entre sus manos.
No quería llorar frente a nadie, así que entró a la biblioteca, y en un rincón, se quedó hasta tranquilizarse.
Los libros cubrían su tristeza y le daban el refugio que necesitaba.
Sasuke no había entendido nada de lo que pasó. Solo vio a la Hyuga salir de la cafetería y actuar extraño.
"¿Debería buscarla?"
No encontraba la manera, no era asunto suyo. Ademas Sakura estaba ahí, son amigas, nada debía haber pasado.
Sin embargo se encontraba inquieto.
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El receso terminó, y Hinata volvió a su salón de clases. Sakura la vio llegar y se acercó a ella de inmediato.
— Hinata, lo siento. Te daré mi broche, solo fue un accidente.
"¿Un accidente?"...— No importa. — Hinata pasó de largo. — Estaba decepcionada, y se sintió enojada.
— ¿Hinata?, ¿estas enojada?.
— ...
Sonrio — Vamos, no fue para tanto. Puedo darte el mio...
— ¡Sí, si estoy enojada!. — Sus compañeros de clase voltearon. Hinata respiro y se calmó, pero la miro con desencanto.— Has cambiado...
Sakura se petrifico, ¿Hinata podía actuar de esta manera?, ¿solo por un pasador de cabello barato?. — nunca hemos.peleado por nada, ¿En serio te vas a comportar así, por algo como eso?
Hinata no le contestó y tampoco quería verla.
Sakura se acercó y puso su mano sobre su mesa. —Hinata... — No recibio respuesta — haz, lo que quieras.
"A sus lugares jovenes". El maestro llegó y Sakura se sentó en su lugar.
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No era agradable, Sakura ni siquiera volteo a verla cuando se fue, y Hinata seguía sintiéndose enojada, y a la vez triste.
Poco a poco el salón fue quedando vacío y Hinata seguía sentada en su lugar.
Por fin salió y se encontró con Sasuke en la entrada de su aula.
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— Hola...
— Hola — contestó él
— ¿Vas de último?
— Tuve que entregar las tareas de mis compañeros.
— Ya veo...
Ambos empezaron a caminar.
— Hoy... pase cerca del árbol y no te vi.
— Estuve en otro lugar.
— ya.
Ambos caminaron en silencio. Ella no sabia que decirle a Sasuke, y Sasuke no se atrevía a preguntar por lo que pasó a la hora del almuerzo.
El sonido de sus pies al andar los acompañaba, y el sonido de la gente andando por la ciudad.
Al llegar a la estación se dividieron.
— avísame cuando llegues a casa. Tendremos tutorias. — dijo él y ella asintió.
No había sido un buen día, el resto del camino a casa pasó en solo un momento; todo lo malo del día venía en recuerdos, como olas del mar incesantes, una tras otra, repitiendo los mismos eventos que no la dejaban sentirse bien.
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Sasuke llegó a casa, cambió sus zapatos por unas pantuflas, y fue recibido por su hermano; Que estaba en la sala junto a su padre.
— Sasuke — sonrió el hermano mayor.
— Estoy en casa.
— Bienvenido — respondió su padre.
— llegaron pronto, ¿qué hay del caso?
— Solo otro caso de esos delincuentes que se creen ninja. — dijo Fugaku sin abordar mucho el tema.
— había una cámara de seguridad en el lugar. Descubrimos que había otro chico, buscarlo nos llevó un tiempo pero lo encontramos, e inició el procedimiento legal para poder usar el poder del sharingan en un menor
— Todo fue por cumplir el castigo de una carrera de retos. Vió que la batalla no podía ganarse y huyo dejando a su compañero atras.— Continuó su padre.
— ¿Qué clase de reto?
— Conseguir un tipo de sus sustancias psicoactivas. — Respondió Itachi
— Dr0gas... ¿y qué hay de los criminales?
— Siguen sueltos, ni si quiera les importó dejar rastros. Al parecer, de nuevo es el clan Inuzuka, no sabemos donde están. No dañaron civiles porque sí, pero siguen siendo criminales que capturar. Esto enseñará a esos "ninjas", a no meterse en cosas que están fuera de su alcance. — Fugaku
— Entonces, la situación esta controlada.
— Sí, podría decirse.
— Iré a mi habitación.
Ninguno contestó, solo se escucho la voz de su madre mientras él subia las escaleras decir: — ¡no bajes tarde a cenar!
— Sí. — Contestó y subió.
Al entrar a su habitación fue directo a su escritorio de estudio, saco su celular y no había ningún mensaje de ella todavía.
Quizá aun no llegaba, así que decidió esperar un poco más.
...
Hinata estaba en casa, pero olvidó contactar a Sasuke, quien estaba atento a que su celular le trajera noticias de la Hyuga.
Acostumbrada a no tener nada más que hacer después de llegar de su rutinario día en la escuela, Hinata no recordó, sino hasta muy tarde, que había quedado de avisar al Uchiha la hora de su llegada para iniciar las tutorias.
Eran las 9:20 cuando los perlados ojos de la chica vieron pasar en su mente la memoria de su acuerdo. Y buscando su celular se detuvo ante la pantalla de un chat vacío; la verdad... le apenaba tener que hablarle, pero más, el hecho de no darle ninguna explicación.
