Una Nueva Vida En Las Afueras

Estrellas y galaxias

El día pasó volando, y sin darme cuenta, ya había llegado el momento de salir de aquella pequeña cárcel.

Aquella misma tarde, cuando el sol ya había empezado a esconderse, me llegó una notificación al teléfono, indicando que me había incorporado a un nuevo grupo en Whatsapp.

Extrañada, pulsé en la notificación, que me llevó rápidamente a la conversación grupal. Entonces entendí que solo se trataba del chat de clase. Y fue ahí cuando recordé haberle dado mi número de teléfono a Yasmin cuando acabaron las clases, así que, por lógica, supuse que ella fue la que me agregó al grupo.

Me deshice de aquellos pensamientos rápidamente, y me dispuse a leer mi actual lectura "Fabricante de lágrimas" de Erin Doom.

A la mañana siguiente, volví a encontrarme sentada en el mismo pupitre, dibujando en lo que se suponía que eran mis apuntes.

- ¿Qué estás dibujando? ¿Puedo verlo? - Me susurró Yasmin, que estaba sentada a mi lado.

Asentí en respuesta y le mostré mis garabatos, las líneas trazadas y las diferentes tonalidades que formaban una colorida y profunda galaxia.

- ¡Es un dibujo precioso! ¿Desde cuando dibujas? - Me dijo emocionada, y no pude evitar fijarme en sus largas pestañas y en aquellos ojos color caramelo.

- No lo sé, nunca lo he pensado, creo que desde siempre - Dije, un poco avergonzada

Algo que nunca le había dicho, ni a ella ni a nadie, era que pintar era mi escapatoria, era atravesar la barrera del mundo real y adentrarme en los jardines florales de mi mente. Que pintar no solo era dibujar trazos precipitadamente, que era sentir, amar, perdonar, vivir y respirar. Que dibujaba todas aquellas galaxias y estrellas, con la esperanza de que, algún día, alguien me mirara como si yo fuera una de ellas.