Extra 4: Solo nosotros

666 39 187
                                    

// Musiquita "This side of Paradise"
.

.

.

Sin darnos cuenta ese día corrió con el transcurso del tiempo mientras Lucifer me mostraba uno a uno sus patitos, cada invento, cada diseño, no es algo que me pareciera entretenido a mi persona, más sin embargo lo era para Lucifer quien cada vez dejaba salir a flote esa personalidad creativa junto a esa sonrisa, como un niño presumiendo sus juguetes. Una comparativa bastante abstracta sin duda, más bien era un desahogo del tiempo acumulado sin compartir sus creaciones con alguien más. Y a mí, aunque al principio me pareció curioso y con el tiempo algo repetitivo o un poco aburrido el ver infinidad de patitos de hule, mis ojos no dejaban de seguir a Lucifer por todo el taller, sintiendo mi sonrisa crecer cuando él me sonreía, cuando me miraba a los ojos y me decía lo feliz que se sentía.

Su felicidad era la mía.

- Al... mañana te recompensaré. Sé que es el último día así que podemos hacer algo especial... si tú quieres...

La verdad desde hace tiempo me había preguntado de dónde sacaba todos esos patos, pero ya estaba resuelto el misterio, al igual que el regalo de su hija. No había necesidad de preocuparse por algo más.

Lucifer parecía entretenido con algunos patitos en aquella mesita para tomar el té, donde jugaba un poco con ellos, observándolos, diciendo en voz alta que es lo que veía en ellos o que defectos encontraba en sus creaciones. Sin duda alguna parecía que todo aquello que le agradaba lo recreaba en un diseño único en un pequeño patito, después de todo yo tenía el primero y original de diseño sencillo y el patito doctor siempre estaba en la habitación junto a otros de rasgos más infantiles y sencillos.

- Ya es noche, es hora de dormir... -Recordé al ver el reloj de torre junto al retrato oculto tras esa manta. Aun me causaba curiosidad si en algún punto de todos los cuadros que enmarcaban las paredes y corredores completos, de la familia real y de Lucifer y Lilith, había alguno que verdaderamente quedara impregnado en su memoria, parecía que lo había encontrado. Era el único donde mostraba a la familia en su taller, pudo haber conservado más en este pequeño lugar, pero no había otro recuadro donde estuvieran los tres, donde Lilith y Lucifer estuvieran juntos, felices, sonriendo. Quizás y muy probablemente tuvieron muchos momentos únicos y felices, antes de mí.

Sabía que la extrañaba de algún modo, después de todo también compartieron buenos momentos. Hace algunos ayeres hubiera dicho que no comprendía ese sentimiento por perder a alguien, pero alguna vez lo hice, cuando era humano. No era lo mismo, lo sé, el amor de una madre y el de una pareja eran completamente diferente más aún si esa pareja llevaba siglos de historia. Y Lucifer parecía esforzarse mucho por sonreír para mí, hasta ahora no había mencionado a Lilith en mi presencia de forma espontánea y todos los recuadros de la mansión seguían intactos pues evitaba pasar por esos corredores, y en lo que no se podía evitar, simplemente una fina tela los cubría.

Él seguramente sufrió mucho en el transcurso en que no estuve con él, en el que ellos acordaron por fin separarse. Seguramente la extrañaba en secreto.

Un largo suspiro escapó de mis labios mientras volvía a cubrir aquel recuadro. Quizás, nosotros podríamos llegar a cumplir esa cuenta de una longeva relación o incluso, duplicar esos años de nuestra historia juntos.

- Lucifer... Vamos, ya es tarde... -Voltee al no escuchar respuesta encontrándome con Lucifer recargado en la mesita para tomar el té, donde estaba ese pequeño carrusel y algunos patitos con los que se estaba entreteniendo. - Lucifer... -De nuevo le llamé en lo que iba hacia él, asomándome por encima de la elegante silla encontrando para mi sorpresa a ese pequeño monarca rendido al sueño.

Almas DestinadasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora