¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Maraton kaji 3/10
Resumen : Esta es una especie de segunda parte de la historia sobre la ruptura que escribí. Kaji te ve entrar a un bar y no puede evitar buscarte e intentar hacer las paces contigo después de la ruptura.
N/A: Esto fue muy apresurado porque tengo que estar en algún lado, así que lo más probable es que vuelva y haga ajustes. ¡Cuéntenme qué piensan! ADEMÁS, EN EL EPISODIO DE MAÑANA PODEMOS VER A NUESTRO HOMBRE OTRA VEZ. ¡ESTOY MUY EMOCIONADA! 🤍
Advertencias: rupturas, alcohol, hábitos de relación tóxicos sugerentes, codependencia, malas palabras.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
No era habitual que salieras, y por salir me refiero a ir de bar en bar, beber en lugares públicos con tus amigos o peor aún, con desconocidos. Habían pasado unos meses desde que Kaji y tú os separasteis y, por mucho que no quisieras, tus amigos finalmente te convencieron de que salieras con ellos. Querías vomitar ante la idea de que Kaji se enterara de que salías y, peor aún, que además bebías. Una cosa era que él se enojara, estrictamente porque siempre sentía la necesidad de vigilarte y estar contigo en público solo para protegerte, y otra cosa era que imaginaba lo fácil que era que se aprovecharan de ti si estabas borracha. Solo pensar en estas cosas podía hacer que se enojara fácilmente.
Entraste al bar con un minivestido negro con un corsé en la parte superior, que apretaba tu caja torácica y acentuaba tus pechos, y un par de tacones normales que eran semi cómodos, nada exagerados. No sabías cómo terminaría esta noche, pero tus amigas estaban seguras de que te ayudarían a aprovecharla al máximo.
Mientras tanto, Kaji estaba sentado en su habitación preparándose para patrullar y hacer su rutina casi diaria de también vigilarte desde lejos: observarte. Estaba caminando por la misma calle en la que estabas tú y se concentraba en las personas a su alrededor, escaneando el área en buscade amenazas, y fue entonces cuando te vio. Sus ojos seabrieron de inmediato y su mandíbula cayó casi al suelo cuando su piruleta cayó al suelo. ¡Se sorprendió al verte tan cerca de él y que estuvieras usando eso!¿Y estabas aquí? Pero te veías tan bien, tan tentadora. Sus ojos examinaron tu figura hasta que sacudió la cabeza y abrió otro envoltorio de piruleta,arrojándolo a su boca. Su rostro de sorpresa rápidamente se convirtió en enojo.Miró a la izquierda, a la derecha y a la izquierda nuevamente para ver sialguien que conocía estaba a punto de verlo entrar al mismo edificio en el que estabas tú. Kaji no salía, nunca. No le gustaba la gente, no le gustaba elentorno, no le gustaba la idea de que personas con la cara sudada y cagada se frotaran tan cerca unas de otras, especialmente tú.
Sus ojos se encontraron con los tuyos entre la multitud. Si las miradas pudieran matar, él sería la personificación de ello. Nunca lo habías visto mirarte con tanta dureza. O al menos no a ti. "Oh, mierda", murmuraste en voz baja. Rápidamente giraste la cabeza en la dirección opuesta, lo que fue un triste intento de fingir que lo veías, esperando que no te reconociera.
Para empeorar las cosas, cuando te giraste, chocaste contra el pecho de un chico, lo que hizo que derramara su bebida. "Lo siento mucho. Oh, Dios mío". Te disculpaste.
—¡No te preocupes! Voy a comprarme otro. ¿Por qué no vienes conmigo a comprarte algo a ti también? —dijo con una gran sonrisa en el rostro.
—¡Eh, claro! —respondiste siguiéndolo. ¿Podría ser esta tu forma de escapar de la mirada de Kaji? ¿Te habrá perdido entre la multitud?
Te acercaste a la barra y esperaste tus bebidas cuando escuchaste una voz ronca detrás de ti y el calor de su cuerpo contra tu espalda. "¡Oye!", dijo Kaji con la misma mirada en su rostro.
"Ella tiene novio, ¿sabes?", prosiguió.
"¿Ah, sí?", preguntó el chico.
"Sí, lo hace", confirma Kaji. Kaji ya le había dejado muy en claro su punto a este hombre y a ti, y su postura y su expresión tenían escrito "no te metas conmigo".
Cerraste los ojos en un intento de desaparecer pero esto realmente estaba sucediendo.
—En realidad no —dijiste de golpe—. De hecho... —Kaji te interrumpió agarrándote de la cintura y guiándote fuera del bar.
"¿Qué diablos estás haciendo aquí-"
"¿De verdad creías que encontrar a un borracho cualquiera aquí resolvería todos tus problemas? ¿En qué estabas pensando? ¿Intentó estar contigo?"
"Kaji, eso no es lo que esperaba que sucediera. Las chicas querían que saliera con ellas solo por esta noche, porque yo había rechazado todas las otras veces porque todavía no me parecía bien hacer algo así, aunque no estuviéramos juntos. Tú sabes tan bien como yo que nunca me gustó salir ni beber".
"Por cierto, este vestido te queda muy bien. Es una pena no haberte visto con él hasta ahora", dijo poniendo los ojos en blanco e ignorando por completo lo que dijiste.
Te sonrojaste ante su cumplido y tu corazón comenzó a palpitar de nuevo. Dios mío... ¿por qué tiene que tener este efecto en ti? "Kaji, tenemos que hablar", dijiste, mirando al suelo.
Él levantó tu barbilla, para que lo miraras a los ojos por lo que estaba a punto de decir. "Estoy de acuerdo. Solo quiero comenzar diciendo que no sabes lo difíciles que han sido estos últimos meses para mí.Perderte fue una de las cosas más difíciles para mí. No sabía cómo afrontarlo. Mis amigos intentaron ayudarme, pero los alejé. Todo lo que sucedía todos los días me hacía pensar en ti y estaba completamente consumido por la idea de que te habías ido para siempre. Estaba obsesionado con la idea de por qué terminamos las cosas de la manera en que lo hicimos y sentí que no podía protegerte tanto como me gustaría, lo que me volvía aún más loco. Arremetía contra cualquiera con quien nos peleábamos, excediendo mis límites y pasándome de la raya porque quería asegurarme de que personas como ellos nunca te atraparan. Hay mucho más, pero yo...
Lo interrumpiste con un beso y tus ojos se llenaron de lágrimas. Sentías un intenso arrepentimiento y pena por él y también el duelo por vuestra relación. Lo querías de vuelta. Lo necesitabas tanto como él te necesitaba a ti. Querías arreglar las cosas. Él apoyó sus manos a ambos lados de tu cintura y tú le devolviste el beso, igualando tu pasión.
—Lo siento mucho, cariño. —Te apartaste del beso limpiándote las lágrimas.
"Está bien. Te extrañé, ¿sabes?"
"No puedo perderte nunca más. Sabía que volveríamos". Lograste sonreír e incluso soltaste una risita mientras decías.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
