Capitulo Siete.
SUS PIES se mantenían firmes contra la tierra, separando ligeramente sus brazos del torso y lista para enfrentar a las bestias de ojos rojos.
A su lado, Astrid la miraba muy segura, preparada para pelear junto a su mejor amiga. Chloe y Henry se mantenían en el otro extremo, junto a la matriarca del Clan Cullen.Las nubes se apoderaban rápidamente del cielo de aquel pueblo, ocultando al destellante sol y generando que fuertes ráfagas de viento llegasen.
Los Elfos sentían el frío apoderarse de sus cuerpos como si se tratara de hielo tocandolos; también sabían y gustaban de pensar que aquella sensación se esfumaría al relucir sus dotes de lucha en aquel ring.A lo lejos, Charlotte visualizó a aproximadamente veinte Neófitos salir de entre los árboles y comenzar a correr desesperados por el amplio descampado.
Se miraron unos a otros y cuando el líder asintió con la cabeza, los Vampiros y Elfos corrieron a dar batalla.
Sus pies se movían con una rapidez comparada con la de aquellos inmortales, mientras que esquivaba a los nuevos vampiros con una agilidez admirable.
La chica Evans los tomaba sin ningún pavor por los hombros y partía sus cuellos como si se tratasen de plastilina.Con amargura, los Elfos tuvieron que despojarse de sus armas cuando los seres inmortales les informaron que estas no serían de gran utilidad contra los Neófitos, ya que fácilmente éstos partirían en muchos trozos cualquier espada, daga o arco que los Elfos quisieran utilizar.
De igual forma, aquellas criaturas mágicas poseían una fuerza equivalente a los metamorfos, por lo que la lucha sería justa.Charlotte corría con una elegancia innata para luego golpear y asesinar con brusquedad, haciendo que dichos Neófitos no anticipen ninguno de sus asombrosos movimientos.
A espaldas de la peliblanca, la morena peleaba con fiereza contra una vampiresa de abundantes rulos, quién intentaba clavar sus dientes con deseo. En un rápido movimiento Astrid volteó hacia su compañera cuando la inmortal intentó golpear su rostro.
Una mirada de complicidad apareció en el rostro de ambas y en menos de un minuto la morena se había agachado inesperadamente para dejar que Charlotte corriera a toda velocidad, saltando encima de la Neófita y quebrando su cuello en el transcurso.A la izquierda, sobre una pequeña montaña creada por la misma naturaleza, la manada de lobos apareció saltando hasta caer ferozmente en el descampado.
Por otra parte, Edward Cullen veía los copos de nieve comenzar a caer delante suyo mientras el metamorfo ante sus ojos permitía que aquel ser inmortal se adentre en sus pensamientos dejando que, debido a la conexión telepática de los hombres lobo, aquel vampiro pueda observar a su familia pelear en dicha batalla.
Sus ojos se perdían siempre en aquella cabellera blanca, viendo con una mezcla de temor y orgullo como cada vez que un Neófito se acercaba a su compañera, ésta los derribaba sin ningún atisbo de debilidad.
El cobrizo anhelaba estar allí y luchar junto a aquella mujer.
Sentía que estaba obrando mal, pero también sabía que la humana, quién lo sujetaba fuertemente del brazo, necesitaba protección; el problema en el cuál estaban todos metidos era su culpa y no permitiría que aquella inocente adolescente saliera lastimada por sus egoístas actitudes.
ESTÁS LEYENDO
°THE BOY IS MINE° || Edward Cullen.
Vampire†· •¿Qué sucedería si antes de la batalla contra el Clan formado por Victoria, Edward se encuentre con su verdadera compañera?• †· •¿Y qué sucederá cuando éste se entere que aquella chica no es alguien cualquiera en este mundo?• °†|| Edward C...