Capítulo VII

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Estamos llegando a la recta final....

Disfruten del capítulo... Contenido para mayores de 18.

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POV LENA

Parece que lleva horas llegar a mi Range Rover, pero en realidad son solo minutos. Tengo que seguir deteniéndome unas cuantas veces para besar la dulce boca de Kara, mis manos recorriendo las deliciosas curvas de su cuerpo. Juro que no vamos a llegar a la relativa privacidad de mi vehículo, que la voy a hacer retroceder hasta las sombras y follarla de pie a la vista de cualquiera que pase, pero de alguna manera llegamos, mi dedo apuñalando el botón de mi llavero para abrir la puerta.

A pesar de lo obsesionada que estoy con mi hijastra, subestimé cuánto. Fui miope al pensar que podía tomarme esto con calma y trabajar para acercarnos cuando la amo tanto. Cuando necesito estar dentro de ella más de lo que necesito la sangre en mis venas. Es magnífica. Es mía. Y no puedo esperar más para hacer esa verdad realidad en todos los sentidos.

A pesar de que nos conocimos ayer, tengo que creer que no se asustará y huirá cuando revele toda la verdad de cómo la encontré. Tengo que tener fe.

Con la confianza intacta, abro la puerta trasera y veo a Kara entrar a gatas. Se vuelve hacia mí, con los ojos abiertos y excitada, y no hay más espera. Sus muslos están separados, mostrando sus bragas, ofreciéndome su cereza en una bandeja. Y voy a tomarla. Tengo que hacerlo. Con mi polla tensándose dolorosamente detrás de mí cremallera, me lanzo detrás de ella y doy un portazo, cerrando, volteándola y aplastándola en el asiento trasero.

—Mommy ya no espera más— Gruño, rasgando su camiseta por la mitad.

La luz de la calle entra por la ventana polarizada para jugar con sus pálidos y temblorosos senos, con los pezones en el centro de ellos —Joder— Me quiebro, abriendo la cremallera de su falda vaquera y sacándola por sus piernas, lanzándola sobre mi hombro —Me has llevado al límite, pequeña. Ya era bastante difícil tenerte moviendo ese culo apretado en mi regazo sin venirme. ¿Entonces veo que otros te miran? — Le bajé las bragas y las tiré a mis pies —Por eso, voy a bombear tan profundo, que verás estrellas—

—¿Cómo es eso mi culpa? — Susurra, viéndome desabrochar mis jeans, respira rápido expandiendo su caja torácica.

—No lo es, cariño — Tomo mi polla, gimiendo sobre la libertad, el espacio que tiene ahora para crecer —Eres la única que paga por mis celos. No es justo, ¿Verdad? —

Sacude la cabeza, moviendo su largo cabello rubio alrededor de sus hombros.

Le separo las piernas y la inmovilizo, dejando caer mi pesada polla sobre su montículo y moviendo mis caderas. Al mismo tiempo, pongo mi boca en su oreja y susurro: —No, no es justo, pero esas son las ventajas de tener un pequeño agujero entre las piernas que encaja en mi polla, Kara. Es donde va la semilla. Y la semilla se construye y construye cada maldito segundo del día— Meto mi polla en la coyuntura de sus muslos, capturando su jadeo con mi palma izquierda —Cuando veo a otro mirando lo que es mío, solo puedo pensar en meter mi semilla dentro de ti primero. Tu coño apretado y húmedo hace eso. Me vuelve loca, así que solo puedo imaginar lo que le hace a todos los demás. Cuando eso sucede, te follaré, duro y sucio. Fin de la historia. Y eso último es justo lo que tengo en mente—

Tal vez debería contener la dura verdad de mi posesividad, pero no puedo. Con sus ojos de aciano parpadeando sobre mi mano, todo se derrumba. Me tiene demasiada caliente y celosa para moderar mis palabras. O mis acciones. Por eso debo quitarle la mano izquierda de la boca y agarrar mi polla con fuerza, guiándola entre sus muslos. Froto un camino de arriba a abajo dentro de sus pliegues para recoger la humedad, antes de trabajar en la entrada imposiblemente estrecha de su cuerpo.

In Her Custody (Bajo Su Custodia)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora