Aceleré hasta mi apartamento, había silenciado mi teléfono porque las llamadas de Suguru me estaban cabreando.
-Estoy loco... -murmuré abriendo la puerta y dando un sonoro portazo a ésta-.
Quizás no fue buena idea golpear al hermano de Araki, ni mucho menos hacerle lo que le hice a ella, menos en aquella condición, daba asco cada pensamiento mío y cada acción.
¿Cómo podría volver a mirarle el rostro? no podría ocultar mi vergüenza y mucho menos, siquiera pensar en querer estar con ella, ya la había cagado completamente.
El irme de el país seguía como opción, aunque el trámite fuera extenso, debía asegurarme de largarme de aquí si es que quería al menos, no atormentar la vida de Araki con mi presencia.Aiko ya no era problema, ni mucho menos su padre, cuan maldito enfermo, solo le interesaba el dinero y lo obtuvo, obtuvo cada centavo que dejó mi padre con sus tontos negocios. Tal vez debí irme con mamá, comenzar desde cero o al menos esperar que las cosas se calmaran.
-Qué mierda se supone que haré -dije tirándome a la cama, intentando hablar conmigo mismo y razonar en algo coherente-.
El papeleo comenzaría el lunes a primera hora, mientras más pronto, mejor.
*
Aparecí frente a la universidad más temprano de lo habitual, no había indicio de que Suguru habría llegado, ni mucho menos Araki, seguramente no vendría, tampoco Sukuna.
Observé mi celular, una que otra llamada de mamá y mensajes de Suguru, los cuales preferí ignorar, no tenía el mas ánimo en contestar aquello porque sabía perfectamente que solo serían amenazas de que patearía mi trasero (y lo merecía).
-Bien, necesito empezar pronto... -susurré adentrándome a mi facultad, si quería largarme lo antes posible, hoy debería siquiera avanzar lo suficiente para el intercambio-.
Al paso de dos horas entre conversar con el director de mi carrera, llenar papeles e incluso recibir ayuda de uno que otro estudiante que ya estaba certificado para su intercambio, solo quedaba esperar el resultado dentro de dos semanas, mi destino: Estados Unidos, donde mamá se había comprometido en resguardar mi estadía.
-Te he buscado por toda la maldita facultad -Suguru murmuró atrayendo mi mirada e ignorando mis papeles-.
-¿Vienes a golpear mi trasero? -pregunté, recordando el golpe que le di ayer, el labio lucía hinchado-.
-Quisiera, pero lo que dijiste ayer es verdad -se encogió de hombros, demostrando lo errado que se sentía ante la actitud que había tomado con su hermana menor- solo quería avisarte que Araki ya regresó a casa, aunque la dejaron en reposo.
-Eso, suena bien... -susurré- ¿y el otro?
-¿Sukuna? -asentí no queriendo nombrarlo- seguirá en el hospital, ni puta idea.
-Ajá -fruncí el ceño, después de todo, seguro el accidente estuvo feo- bueno, debo irme.
-Pero si a penas empiezan las clases -musitó acercándose a mí y ahora prestando atención a los papeles que llevaba consigo, quitándolos de mis manos sorpresivamente- ¿y esto?
-¡Geto! -grité-.
-¿Intercambio? -levantó su mirada hacia la mía, alzando la ceja- ¿es joda?
-No, dame eso -le quité los papeles, verificando que ninguno estuviera dañado-.
-¿Y a dónde piensas irte?
-Estados Unidos -suspiré- por favor, no le digas a nadie, ni a Nanami.
-¿Y Araki sabe? -siguió mis pasos hasta el casillero para resguardar los documentos-.
-Sí, ayer... lo dije sin querer -cerré el casillero con fuerza- pero debía hacerlo.
ESTÁS LEYENDO
No puedo detenerme. || Satoru Gojo.
FanfictionSer la hermana ''menor'' de Suguru Geto, significaba ser ignorada por los amigos de éste, pudo haber sido una excusa perfecta para no sociabilizar, pero desde que comenzó a sentir e imaginar escenarios falsos con el amigo albino, todo cambió. Pues...