Capítulo 2- Riesgo.

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Eran las 3 de la mañana y mi estómago rugía, rogando porque le diera algo de comer. Había recordado que en la noche anterior no había ingerido alimentos, lo cual se me hizo frustrante salir de la comodidad de mi habitación para bajar hasta la cocina. Las escaleras de madera rechinaban por cada paso que daba a pesar de caminar con mis pies descalzos, no quería despertar a mi madre, pero debía alimentarme.

Para mi suerte, ella ya había ido a su habitación a dormir, es increíble que después de hacer tanto desastre mientras bebe, todo esté limpio y recogido después, tal vez sea solo el trabajo de una madre el ordenar todo.

Abrí el refrigerio y saqué algunos aperitivos, para luego prepararlos e ingerirlos, también aproveché y bebí mis medicinas. El sueño se había desvanecido, por lo que quise hacer algo productivo aprovechando mi estancia.

Me dirigí hacia la mesa para organizar un poco los adornos, sin embargo, un intenso dolor invadió mi pie, haciendo que soltara un quejido ahogado por mis manos las cuales cubrían mis labios.

—¿Qué mierda?— observé el suelo, el cual tenía varias manchas de sangre.

Comencé a asustarme, y a la vez el dolor aumentaba. Levanté mi pie, y este estaba sangrando, no podía ver la causa de tal sangrado, por lo que corrí al baño como pude y lo limpié lo más rápido que pude. Pude ver un leve brillo el cual emanaba de este, no podía creerlo.

—¿Mamá otra vez rompió una botella?— musité mientras miraba mi pie, el cual nuevamente volvió a sangrar.

Para mi suerte, había un pequeño kit de emergencias en el baño, por lo que tomé las pinzas y unos algodones. Después de media hora tratando de quitar ese pedazo de vidrio, finalmente lo despojé de mi pie de una forma dolorosa, pero al instante sentí un pequeño alivio. Apoyé el algodón sobre la herida e hice un poco de presión.

Más tarde, limpié el suelo, el cual tenía más pedazos de vidrio y ordené un poco la cocina, luego volví a mi habitación y encendí mi lámpara, tomé mi libro favorito y continué mi lectura.

Eran las 7 de la mañana y ya había amanecido, me levanté de mi cama un poco agotada debido a mi lectura de varias horas, desayuné y me dirigí a la escuela con la ilusión de poder presentarme en la tarde en el salón de música, para ver la banda completa practicando por primera vez.

—¡Grace, al fin llegas!— dijo Armin, acercándose a mí— Quería hablar de algo contigo, sígueme— añadió con una sonrisa y comenzó a caminar.

—¿Uh? ¿Ocurre algo?— pregunté mientras lo seguía cojeando un poco debido a mi herida.

—Nada malo, simplemente quería enseñarte algo— dijo, notando que coreaba un poco— ¿Todo en orden?— me miró preocupado, por lo que asentí.

Llegamos a nuestro salón y este sacó de su mochila un póster y me lo ofreció.

Al abrirlo, pude familiarizarme con este, parecía ser una invitación a una banda en la escuela, tocarían aquí mismo el viernes en la noche.

—¿Piensas venir?— preguntó Armin con emoción.

—¡Sería genial! Esta sería mi primera vez viendo una banda de verdad— respondí con emoción— Muchas gracias por la invitación— añadí.

—No hay de qué— dijo— Estoy promocionando la noticia por toda la escuela ya que soy el que se encarga de publicar información y demás por el periódico escolar— añadió contento.

—¿Periódico escolar?— pregunté.

—Sí, más bien son puros chismes escolares, de los cuales nadie se pierde— dijo con una sonrisa— En este caso, será la banda de mi mejor amigo, quiero que todos se presenten, o la mayoría— añadió.

Los lazos del ocaso (Eren x Oc) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora