C U A T R O

67 17 32
                                    

<<Desde que papá murió, mi mundo también se derrumbó, los planes que teníamos juntos se hicieron cenizas. Su pérdida, causó mucho en mí, dejando consigo una cicatriz que costaría borrar>>.

 Su pérdida, causó mucho en mí, dejando consigo una cicatriz que costaría borrar>>

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Tenía una cita con la psicóloga encargada de mi condición. La quería demasiado, ya que en sus palabras encontraba algo de consuelo. El pasar del tiempo hizo que nos covirtiéramos en buenas amigas, siempre estaba allí para escuchar lo que vivía día a día sin importar qué, aunque en parte era su trabajo pero, conectaba de manera especial con cada paciente. Mamá y Will tenían que ir a trabajar, asi que les prometí que les haría saber más tarde

Ava se ofreció a venir conmigo, cosa que me hizo bastante feliz. Sería la primera vez que mi mejor amiga estaría conmigo, en una de mis sesiones. Me puse un atuendo que consistía en: pantalones jean cortos y una blusa colorida, Ava en cambio lucía una prenda extravagante.

Llegamos al enorme edificio. Con el corazón a mil, me bajé del lujoso auto de mi mejor amiga, ella me imitó y puso seguro al auto. Estaba algo nerviosa, tenía la esperanza que dijera que había mejorado bastante, ya que la pasaba fatal cuando apenas comenzaba con la dura batalla. Lo había perdido todo, ésta enfermedad había arrasado con todo. 

Ava colocó su brazo en mi espalda, mientras lo frotaba para que me tranquilizara un poco. La regalé una sonrisa, mientras nos encaminamos hacia el interior del edificio.

La intriga aumentaba cuando el elevador ya estaba por detenerse.

—Confía, has mejorado bastante desde la última vez —dijo Ava en un susurro, haciendo que cerrara con fuerza los ojos y mi respiración volvía a la normalidad.

—Gracias ¿Qué haría yo sin tí?

Tras acabar de explicarle a la psicóloga Mara sobre cómo lo estaba llevando, ella dió una ligera sonrisa, sus ojos se achinaron debido a eso.

—Recuerdo cuando entraste en esa puerta por primera vez, tenías tan solo 12 años...—puso su mano sobre la mía —. Sé que no fué fácil para tí, superar por todo lo que estabas pasando.

Todo pasó tan rápido, que no noté cuando las lágrimas comenzaron a salir sin previo aviso. Enterré mi cara en mis manos, recordando todo lo que pasé y todo lo que perdí respecto a ésta enfermedad.

—Todo... todo fué gracias a usted...

—Para nada. Tú pusiste todo el empeño en salir adelante, yo simplemente te escuché y traté de ayudarte en lo que pudiera.

Ava estaba sentada a mi lado, mientras su brazo se encontraba en mi espalda tratando de tranquilizarme.

—Te lo dije —musitó Ava, logrando que sonriera a pesar de tener los ojos llorosos.

¿Amor u Odio?: Definitivamente AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora