16. A trabajar

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El señor Minatozaki comenzó a despertar, abrió los ojos con pesadez y observó desorientado a su alrededor

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El señor Minatozaki comenzó a despertar, abrió los ojos con pesadez y observó desorientado a su alrededor. Se levantó lentamente y frenó ante el dolor en su cabeza, pudo notar que había una gran hinchazón a un extremo de su frente.

—¿Papá? — Sana se apresuraba a entrar, sostenía entre sus manos una bandeja con una taza de té caliente y tostadas — ¿Te encuentras bien? ¿Como te sientes? — decía preocupada mientras inspeccionaba su rostro.

—Estoy bien...me duele un poco la cabeza — la miraba extrañado — Solo...no recuerdo qué pasó...— flashbacks llegaron a su mente, asustándolo — ¡Dos mujeres! — comentó exaltado — ¡Habían dos extrañas aquí! — buscaba con la mirada.

—Papá, papá — trataba de calmarlo — No hay dos extrañas aquí.

—¡Sí las hay, yo las vi!

—Papá, solo fue tu imaginación.

—No es cierto.

—Papá, cuando Nayeon y yo llegamos estabas desmayado en el piso, parece que pisaste uno de los juguetes de Kin y te golpeaste la cabeza — se veía tan segura de sus palabras que su padre comenzó a dudar — Solo fue tu imaginación, pero me alegro que estés bien — se sentó en el sillón de en frente — Toma un poco, te hará bien — ofreció el té, su padre aún se veía confundido.

Sana miró con disimulo a las escaleras, esperaba que Nayeon estuviera vigilando muy bien a Tzuyu y Jihyo, no quería que su padre se entere sobre la especie que eran, no sabe cómo reaccionaría.

Y también era porque no quería que Tzuyu dijera que estaban en una "relación".

Volvió su mirada al frente y sonrió para seguir disimulando.

—¿Estás mejor?

—Sí...— dejaba de tomar su té — Solo sigo pensando, lo sentí muy real — comenzaba a dudar.

—¿Qué es lo que viste? Digo...en tus sueños — preguntó nerviosa.

—Pues...creí ver a dos mujeres discutiendo con un gato, luego una de ellas se lo intentaba comer, tenía la cabeza del gato dentro de su boca — recordaba.

Sana estaba perpleja, hasta que su padre la observó y ella estalló en risa para seguir disimulando, notándose más nerviosa.

—¿Ves que solo fue un sueño? — Tzuyu la va a escuchar sí o sí — Es algo totalmente loco, ¿dos chicas discutiendo y queriendo comerse un gato? Eso no ocurre, y si ocurriera, no tiene por que ser aquí.

—Sí...¿verdad? creo que tienes razón — sonrió — Que sueño tan tonto — también comenzó a reír.

¿verdad? creo que tienes razón — sonrió — Que sueño tan tonto — también comenzó a reír

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Una loba como mascota - SatzuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora