Capítulo 38

1 1 0
                                    


Lucas permanecía en silencio al mantenerse sentado en la sala, tenía muchos pensamientos en mente y la única solución que encontró fue desfogarse en aquel saco de box, una forma de control que su padre le enseñó.

Como todos los días debía ir a la universidad y después al trabajo, cuando el peligro desapareció Sara y él retomaron la relación. Durante el horario de descanso se dispuso a verificar sus mensajes, uno en especial en donde su novia le preguntaba qué estaba haciendo y que si podían verse esta noche, después de dejarle una respuesta continúo con el trabajo.

— Te dije que no quería volverte a ver. —Demandó al cambiar de camino, logrando que Bruno le impidiera el paso.— Vete, porque tu abogado no está aquí para defenderte.

— ¿De verdad crees que soy capaz de todo eso? ¿Amenazar a esa chiquita? Acepto que nunca me cayó bien, pero jamás haría algo tan bajo.

— Entonces ¿Por qué tenías esos celulares contigo? Dime, ¿Vas a negar que nunca me enviaste un mensaje anónimo?

— Solo lo hice una vez y fue cuando descubrí que César había asesinado a la señora Martha y-

— ¿Cómo creerte? Pudiste decírmelo cara a cara y no mandar un mensaje anónimo, ¿Te das cuenta lo tan sospechoso que suena? ¿Cómo quieres que no dudé de ti si ya lo hiciste una vez? Sí lo hiciste una vez ¿Qué me asegura que no lo volverás a hacer? —Lucas soltó un suspiro al notar la mejilla del mejor amigo permanecía con un color verdoso.—  No confío en ti y nunca más volveré a confiar.

— Entonces ¿Por qué finges que no pasó nada con César? ¿Por qué es tu hermano? ¿Por qué lo perdonaste a él y no puedes hacer lo mismo conmigo?

— ¿Quién dice que lo eh perdonado? —Alzó la voz sin darse cuenta, dando dos pasos y colocarse delante de Bruno.— Mi padre sufre del corazón, no quiero ser el causante de que vuelva a morir alguien por mi culpa y además dio su vida por mi, no soy un malagradecido.

— Ahora entiendo porqué Ivette te dejó.

— ¿Qué dijiste?

— Te ves como un imbécil protegiendo esa familia, cuando sabes que César es un maldito bastardo que es capaz de cualquier cosa... ¿Por qué no desconfias de él? ¿Estas seguro que él no lo hizo? —Bruno sonrió al momento en que retrocedió unos pasos.— Te darás cuenta un día que César no es alguien de confiar y ese día será muy tarde porque estarás solo.

— Prefiero quedarme solo a tener amigos falsos a mi lado, siempre tuviste celos de mi y ¿Creíste que no me daba cuenta? Incluso copiaste mi estilo, no eres más que un fracasado que busca copiar todo lo que hago.

— ¿Eso crees de mi? —Bruno contuvo sus lágrimas al mirarlo fijamente.— ¡Idiota de mierda que no puede darse cuenta quién realmente es tu enemigo!

— ¿Qué no me doy cuenta? ¡Sí lo tengo aquí en frente!

— ¡Está bien! ¡Soy quién creo esa estúpida cuenta falsa para engañar a Ana y dejarte como un mujeriego! ¡También soy quién amenazó y siguió a tu noviecita! Sí eso te hace sentir mejor, entonces soy el culpable de todo ¿Sabes porqué lo hice? ¡Porque tu novia es una estúpida! —Ante lo último él era consciente que recibiría un golpe, pero esta vez iba a responder y terminaron por inciar una pelea que posteriormente fue detenida por terceros.— ¡¿Estas contento de que acepté mis cargos?! ¿Qué harás? ¿Qué harás, ahora?

— Maldito hijo de puta ¡Suéltame!

— ¡No puedes meterme a la cárcel, nadie puede! ¡Porque yo tengo mucho más dinero que tú y tu estúpido padre!

— Me arrepiento mil veces de haberte conocido... Sí tuviera una máquina del tiempo, nunca te hubiera ofrecido mi amistad. —Pronunció con seriedad y sinceridad, bajando la mirada sobre el reloj que compartían desde hace años como símbolo de su amistad.— ¡Mira lo que hago con tu estúpido regalo! —Lucas embriagado por la furia y decepción, terminó por destruir el reloj en mil pedazos.— Sin tu padre no eres nadie.

••• Golden Boy •••Donde viven las historias. Descúbrelo ahora