Schloss Spiez

1.3K 233 1K
                                    

Andrea:

El viaje a Berna fue una aventura desde el principio. Nos dirigimos al aeropuerto, todas emocionadas: Zoe, Alexandra, Lena, Emily y yo. Gina, mi hermana, viajaría al día siguiente debido a compromisos laborales.

El vuelo fue increíble y lleno de risas. Zoe, con su carisma habitual, había logrado que Finn nos pagara asientos en primera clase a todas nosotras. No dejábamos de reír y preguntarnos cómo lo había convencido. Ella, con una sonrisa pícara, nos decía que era el precio que Finn debía pagar para que ella cuidara de que yo no hiciera locuras.
Eso nos hizo reír aún más. El vuelo no duró más de dos horas, pero fue uno de los más divertidos que había tenido.

Al llegar a Berna, recogimos nuestras maletas y nos dirigimos a la salida. Allí, nos encontramos con Maddie, quien estaba visiblemente molesta por haber tenido que esperar media hora. Lo que Zoe no sabía era que Maddie vendría, y era mi amiga también, así que su sorpresa fue mayúscula cuando la presenté al grupo.

Justo en ese momento, Sophie también llegó, completando así nuestro grupo. Estábamos todas juntas, esperando a Joel y Frederick, quienes nos alojarían en su casa en Berna, ya que al día siguiente se unirían más amigas.

Esa noche cenamos todos juntos, incluyendo a los padres de Finn, Frederick y su novia. La cena fue muy agradable, llena de charlas, risas y planes alocados para mi boda, que sería en tres meses. Nos quedamos hasta tarde, disfrutando de la compañía y de la buena comida.

Al día siguiente, nos levantamos temprano. Estábamos ansiosas porque llegarían el resto de nuestras amigas y teníamos planeado visitar varios lugares que Finn y yo habíamos anotado como posibles para celebrar nuestra boda. Quería asegurarme de que fuera el lugar perfecto para nuestro gran día.

Berna nos esperaba con sus encantos, y estábamos listas para explorar cada rincón en busca del lugar ideal.

Luego de que las demás llegaron, se instalaron en la casa de Berna. Siempre había criticado esa mansión enorme, diciéndole a Finn que para qué necesitában tantas habitaciones y espacio para una familia de cuatro. Ahora resultaba súper funcional, ya que alojaba a 16 mujeres, 17 con la madre de Finn, y el pobre Nick, que tuvo que cuidarme porque Finn no accedió a que viajara sola.

Frederick y Joel huyeron durante el desayuno, sobrepasados por tantas mujeres juntas, conversando, riendo o, como decía Frederick, gritando. Intentamos incluir a la novia de Frederick, Natalia. Ella era encantadora y amorosa, pero muy tímida, así que se sintió abrumada. Nos acompañó solo en el desayuno, luego se fue con Frederick, quien la llevaría a conocer Berna, ya que ella era italiana y hacía poco que vivía aquí con él.

Después del desayuno, Joel y Zoe Ann nos prestaron sus automóviles, y Frederick tuvo la amabilidad de rentar tres más para el fin de semana. Esto nos permitió movernos con libertad, así que partimos todas en medio del bullicio de las conversaciones y la organización, listas para visitar los tres lugares que teníamos en la agenda para hoy.

La energía en el grupo era contagiosa. Zoe, siempre la líder, tomó la iniciativa de coordinar el transporte y asignar a cada una un automóvil. Nos dividimos en grupos y pronto estuvimos en camino. La primera parada era un encantador viñedo a las afueras de la ciudad, conocido por sus paisajes pintorescos y su atmósfera romántica.

Al llegar, nos recibió el dueño del viñedo, quien nos dio un recorrido por las instalaciones. Caminamos entre las vides, riendo y tomando fotos. El lugar era perfecto para una boda al aire libre, con vistas impresionantes.

Nuestra siguiente parada fue una antigua Mansión con salones magníficos y jardines bien cuidados. A todas nos encantó la elegancia del lugar, y no pude evitar imaginarme caminando por esos pasillos con mi vestido de novia. El guía nos mostró cada rincón, y nos detuvimos en el salón principal, donde las chicas comenzaron a planear la decoración y los detalles de la ceremonia.

Sencilla dignidad- La liberación de los secretos - Libro IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora