TN
Conocí a Marcelo en el kinder, cuando al parecer todos habían hecho amigos, excepto nosotros. Yo estaba sentada en un escalón, comiendo fresas que mi mamá había metido en mi lonchera, cuando él llegó y me preguntó si podía sentarse conmigo, asentí emocionada.
-¿Quieres una fresa?- pregunté para romper el silencio.
Él me miró con un poco de desconfianza, después tomó una y la comió.
-Gracias. ¿Quieres una galleta?- preguntó mientras acercaba a mí un paquete.
Me sentí bastante feliz, eran mis galletas favoritas.
Así comenzó una amistad que duró bastantes años.
Ese día fue muy importante para mí. Recuerdo que, a la hora de la salida, corrí muy feliz con mi mamá y le conté que ya había hecho un amigo. A partir de ese día, Marcelo todos los días se sentaba conmigo en el salón y jugábamos juntos en los recreos, ya no estaba sola.
Después del preescolar, fuimos juntos a la primaria y a la secundaria, aunque ya no en el mismo salón. Eso me hizo sentir muy triste, ya que, aunque seguíamos juntándonos en los recesos, no nos veíamos el mismo tiempo que antes.
-Hija, ¿qué te pasa? Has estado muy seria últimamente- dijo mi mamá al notar que no estaba disfrutando la secundaria tanto como ella lo hizo.
-No es nada, sólo estoy algo cansada- dije haciendo un puchero, intentando disimular.
-Bueno...
Hizo una pequeña pausa, después sirvió un poco de comida en un plato y me lo dio: era mole con arroz.
-Gracias.
-¿Y tu amigo... Marcelo?- preguntó mi madre sentándose frente a mí con otro plato.
Había tomado mi tenedor, pero me quedé pensando un poco antes de meter la porción de comida en mi boca.
-¿Qué pasa con él?- pregunté fingiendo que no la entendía.
-¿Va en tu salón?
-No- dije sin mirar a mi mamá, tenía la mirada fija en el plato con la deliciosa comida que mi madre había preparado.
-Ya veo, por eso traes esa cara- dijo sonriendo.
No respondí, sentía vergüenza.
-Pero todavía son amigos, ¿no?- preguntó mi mamá sin comprender del todo mi aflicción.
-Sí, mamá, pero ya no nos vemos tanto como antes... Aunque no es nada, son cosas de la vida, tarde o temprano iba a pasar- intentaba sonar madura, a mis 12 años de edad.
Despegué la mirada de mi plato al escuchar una estruendosa carcajada por parte de mi mamá.
-Ay, cariño. No se fue a otro país, solamente a otro salón. Pueden verse después de la escuela, tienes mi permiso cada que quieras salir con él, o puedes invitarlo a la casa- dijo mi mamá con amabilidad.
Eso me parecía extraño, ya que mi mamá rara vez me dejaba salir siquiera al patio.
-¿Por qué con él sí me dejas salir y con otras personas no?- pregunté confundida.
-Bueno, si quieres, te quito el permiso.
-Noo, sí quiero el permiso, pero se me hace raro- respondí con inocencia.
-Marcelo es un buen niño, además, una amistad así de bonita se debe cuidar.
Esa frase de mi madre marcó mi vida, porque gracias a eso decidí no rendirme con él, seguirlo y apoyarlo a pesar de la distancia y todas las demás complicaciones. Al parecer a él le dijeron algo parecido, o quizá él solo decidió hacer lo mismo, porque, a partir de eso, jamás volvimos a perder comunicación o interés en nuestra amistad.
ESTÁS LEYENDO
Best Friend - Marcelo Flores
FanfictionEllos dos son mejores amigos desde niños. Su amistad se convierte en una a distancia desde que él debutó como futbolista, pero, aún así, ella asiste a sus partidos cada que puede e incluso se transfiere de universidad una vez que el chico es contrat...