ocho

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Nuestros cuerpos estaban sobre el suave colchón de mi habitación, ambos mirábamos el techo sin razón alguna.

— ¿Qué tanto escuchaste? —preguntó Sunghoon en un susurro, yo reí con burla ante su pregunta.

— Verónica dijo que estaba empezando a cansarse de ti.

De reojo vi como Sunghoon asintió con la cabeza y nos quedamos de nuevo en silencio, no era incómodo sin embargo tenía algo raro, había muchas cosas por decir, tenía tantas cosas que preguntar, pero no sabía cómo empezar, tenía tantas dudas y quería las respuestas

— Pregúntame —mire a Sunghoon, él ya me estaba mirando, odiaba la capacidad que tenía para leerme los pensamientos—. Se que quieres hacerlo y responderé a lo que sea que me preguntes.

Era verdad.

— No se por donde empezar en realidad —dije casi en un susurro devolviendo mis ojos al techo—. Tengo muchas preguntas pero no sé por cuál empezar.

— Dime que es lo que más te sorprendió.

Todo lo había hecho en realidad, no podía creerlo todavía en cierta parte, digo, los actos de cariño que se daban no son fingidas así nada más.

— ¿De verdad, todo era mentira? —pregunté aún mirando el techo.

— Lo es —corrigió.

— No lo parecía —me encogí de hombros—. Los dos siempre estaban tan juntos y se veían tan complementados.

— Somos buenos actores —río con gracia, su risa me contagió por un segundo.

— Se nota, ¿Por qué estaban fingiendo exactamente? ¿Qué motivos tenía mi hermana exactamente para eso?.

Quería ir directo al grano teniendo esa respuesta creo que podría entender todo perfectamente y sacarme de dudas, Sunghoon no me respondió nada y después de unos largos segundos soltó un pesado suspiro cansado.

— Eso no puedo decírtelo yo.

— Dijiste que me responderias cualquier cosa que preguntara —frunci el ceño, ¿Por qué no podría hacerlo?.

— Menos eso Nancy —cerró los ojos, lo mire, claramente podía notar que estaba cansado y que tenía mucho estrés encima, sentí pena por él pero no podía dejarme con las dudas, tenía que insistir más.

— ¿Por qué?.

— Porque es algo que tu hermana te tiene que decir, no yo.

Estaba aún más confundida que antes, decidí quedarme callada, ninguno decía nada, el silencio nos había invadido de nuevo.

— ¿Qué harás ahora? —Sunghoon me miró, sin embargo yo no lo hice, el techo era muy interesante.

— Seguiré aquí —susurro.

— ¿Seguirás fingiendo? —lo miré con el ceño fruncido—. Crei que estabas cansado de esto.

— Lo estoy —suspiro—. Pero no puedo irme.

— ¿Por que?.

— ¿Tanto quieres que me vaya? —sonrió con burla.

En realidad no lo decía por eso, no quería que se fuera así nada más, ahora que lo pienso tal vez hasta sone algo desesperada y grosera por la forma en cómo lo dije.

— No es eso —negué sintiéndome nerviosa—. Solo que creo que seria incómodo para ti.

— Nancy he pasado por esto los últimos tres años —se encogió de hombros—. No es la primera vez que ella me dice eso y yo sigo aquí como si nada.

we should ; (i feel). sunghoonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora