El gran baile

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Narra Yuna

Caminaba lentamente por el sendero de regreso a casa, con un libro en mis manos. Las palabras en la página que podía observar parecían cobrar vida mientras leía, inmersa en la historia. Al terminar de leer me adentre a cruzar aquel puente desgastado de madera que conectaba con mi casa —y en dónde muchos patos solían descansar—.El sol de la tarde bañaba el paisaje con una cálida luz dorada, y el suave susurro del viento en los árboles acompañaba la melodía que se oía viniendo del piano que tocaba mi hermana Ryujin.

Al pasar por aquel comedor, desvié mi vista  justo a tiempo para ver a mis dos hermanas: Lía y Chaeryeong, escondidas y viendo a través de la rendija de la puerta que estaba a medio cerrar, claramente tratando de escuchar algo. Con curiosidad, me acerqué sigilosamente para saber que era lo que estaban haciendo ellas.

—Lía, Chaeryeong ¿no saben que es malo escuchar conversaciones ajenas?

—Eso que importa—respondió Lía conteniendo su emoción—Están hablando de un tal señor Huenning

—Pueden guardar silencio, no me dejan escuchar—mencionó Chaeryeong en un susurro sin poder evitar una sonrisa divertida.

Todas inclinamos nuestros oídos hacia la pequeña rendija para seguir oyendo aquella conversación.

—...se va a mudar a nuestra región y usted necesita ir a hablar con él señor Hwan —decía mi madre, Lady Soo-ah—. Es un joven caballero llamado Huenning Kai. Dicen que es extremadamente rico y viene de una familia muy respetada.

Intercambiamos miradas emocionadas lo cual hizo que la curiosidad de Yeji —que hasta entonces había estado ocupada se acercó curiosa—.

—¡Rico y respetado! —exclamó Chaeryeong en un murmullo emocionado—. Debe ser encantador—nuestra madre había logrado ver por aquella rendija nuestras caras sonrientes y eufóricas.

En ese momento la puerta logro abrirse por completo dejando ver a nuestro padre al salir del salón.

—Oh por Dios niñas, ¿qué están haciendo aquí?—.preguntó con una severidad que no logró ocultar su sonrisa.

Nos pusimos de pie y evadimos  aquella pregunta mientras los seguíamos a ambos por la casa. Poco a poco, Ryujin, se unió al grupo, observando la escena con una mezcla de curiosidad y desinterés.

—¿De qué hablaban, padre? —preguntó Ryujin con indiferencia fingida—. ¿Quién es ese caballero?

—El señor Huenning Kai —respondió su Yeji con una sonrisa.

—Debe reunirse con él para organizar un baile—comentó su madre.

—Debo darles la noticia de que ya he hablado con él y lo he invitado a la celebración de esta noche.—

Miré a mis hermanas con algo de gracia, puesto que conocerían a tales caballeros en aquella fiesta que se organizaría por la noche. Aunque Ryujin no compartió su felicidad al igual que el resto, le emocionaba la noticia por el resto.

[...]

Llegada la noche, la mansión  se llenó de vida. Las luces brillaban con intensidad y la música flotaba en el aire, creando una atmósfera mágica. Todos los nobles se reunieron para una celebración animada. Me encontraba viendo expectante a los invitados bailar al igual que Yeji y Ryujin.

—Si está noche ningún caballero de aquí no se logra enamorar de tí, entonces no soy nadie para juzgar la belleza—comenté con una pequeña sonrisa.

—Estoy segura de que habrá alguien que llame tu atención está noche—respondió Yeji con la mirada hacia los invitados.

—La mayoría de hombres que conozco no tienen ni una pizca de gracia—

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