Capítulo: La Batalla de Rook's Rest
El amanecer apenas había iluminado el cielo cuando la batalla en Rook's Rest se desató con la fuerza de una tormenta. El imponente castillo de piedra, situado en el árido paisaje de Dorne, se preparaba para el ataque que se avecinaba, mientras las fuerzas verdes, leales a Aegon II Targaryen, se agrupaban alrededor de sus máquinas de asedio.
El estruendo de los cuernos de guerra y el rugido de los dragones anunciaron el inicio del asedio. Las máquinas de asedio verdes lanzaban proyectiles destructivos contra las murallas del castillo, mientras el dragón dorado Sunfyre sobrevolaba el campo, su aliento de fuego causando estragos en las defensas.
A pesar de las reservas de su consejo y las objeciones de su hermano Aemond Targaryen, Aegon II había decidido liderar personalmente el ataque. Esta decisión, tomada en contra de la estrategia meticulosa planeada por Aemond, llevó a un enfrentamiento directo y arriesgado. Aemond, mientras tanto, se mantenía en una posición estratégica con su dragón, Vhagar, listo para lanzar un ataque en el momento oportuno.
En medio del caos, Rhaenys Targaryen y su dragón Meleys llegaron al campo de batalla. La aparición de Meleys, con sus escamas escarlatas brillando en el cielo, ofreció una breve esperanza a los defensores de Rook's Rest. Rhaenys, montada sobre Meleys, lanzó un ataque aéreo directo contra Sunfyre y su jinete, Aegon II.
La batalla en el aire se convirtió en un enfrentamiento brutal. Meleys se lanzó hacia Sunfyre con una ferocidad impresionante. Las llamas de Meleys chocaron con las de Sunfyre en una danza mortal de fuego. En un ataque feroz, Meleys logró herir gravemente a Sunfyre y a Aegon II, que se vio forzado a retroceder. El dragón dorado quedó tambaleándose en el aire, y Aegon II, malherido, tuvo que luchar para mantenerse en su montura.
Sin embargo, el conflicto no terminó ahí. Aemond, desde su posición estratégica, observó la brutal batalla aérea con una mezcla de tensión y determinación. Con un grito de comando, Aemond instó a Vhagar a avanzar. El enorme dragón negro se alzó en el cielo y descendió rápidamente hacia el campo de batalla.
Rhaenys, aunque había infligido un daño significativo, no podía permitirse descansar. El estado crítico de Meleys y su propio agotamiento le obligaron a seguir luchando. Pero cuando Vhagar apareció, el equilibrio de la batalla se inclinó de forma irreversible. Aemond y Vhagar atacaron con una precisión letal.
Con un rugido feroz, Vhagar se lanzó contra Meleys. El dragón negro atrapó al escarlata en sus poderosas mandíbulas, y la batalla en el cielo se tornó aún más violenta. En un enfrentamiento brutal, Vhagar, con la ayuda de Aemond, logró infligir el golpe final. Las garras de Vhagar desgarraron el flanco de Meleys, y un ataque preciso de fuego acabó con la vida del dragón escarlata.
Rhaenys, mientras tanto, trató de mantener el control, pero la derrota de su dragón fue demasiado devastadora. En medio del caos, Aemond se lanzó hacia ella con su dragón. En un ataque coordinado y despiadado, Vhagar desató un aliento de fuego que consumió a Rhaenys y a Meleys en una lluvia de llamas. La reina que nunca fue, herida y abatida, no pudo escapar del destino que le esperaba.
Con la caída de Rhaenys y Meleys, las fuerzas defensoras se vieron obligadas a rendirse. Rook's Rest, una vez un bastión de resistencia, cayó bajo el control de Aegon II y sus fuerzas verdes. El castillo quedó cubierto de escombros, y el campo de batalla se llenó de cuerpos y ruinas, testigos de la ferocidad del conflicto.
Entre los escombros y el humo, Ser Criston Cole, fiel guardia del rey, buscaba desesperadamente a Aegon II. Finalmente, encontró a su rey, herido gravemente y caído junto a su dragón, Sunfyre. Aegon II estaba malherido y su dragón había sido gravemente afectado, pero aún mostraba signos de vida. Ser Criston, con la determinación de proteger a su rey, comenzó a organizar su evacuación.
A medida que el caos se asentaba, varios caballeros de las fuerzas verdes se acercaron a Sunfyre. Trabajaron con urgencia para atender las heridas del dragón dorado, curando sus quemaduras y alimentándolo con esmero. A pesar de los esfuerzos de los médicos y caballeros, Sunfyre necesitaría tiempo para recuperarse por completo. La dedicación y el cuidado de estos caballeros fueron cruciales para asegurar la recuperación del dragón.
En medio de este tumulto, Aemond Targaryen apareció nuevamente en el campo de batalla, su rostro enardecido por la furia y la frustración. Con un puñal en la mano, Aemond se dirigió hacia Aegon II con la intención de acabar con él de una vez por todas. La oportunidad parecía perfecta para que Aemond cumpliese su venganza personal. Sin embargo, justo cuando estaba a punto de ejecutar su plan, Ser Criston Cole intervino con firmeza.
La presencia de Ser Criston y su determinación de defender a Aegon II hizo que Aemond se detuviera en seco. Enfrentarse a Ser Criston, junto con la protección que ofrecía a su rey, era demasiado arriesgado para Aemond. Reconociendo la situación complicada, y con el riesgo de un enfrentamiento fatal, Aemond decidió retirarse. Con una última mirada llena de furia hacia su hermano herido, se alejó, desapareciendo entre el humo y las ruinas de la batalla.
Aegon II fue evacuado de Rook's Rest con la ayuda de Ser Criston y otros caballeros leales. La operación de traslado a Desembarco del Rey fue meticulosa, asegurando que el rey recibiera el tratamiento médico necesario mientras se mantenía bajo la máxima protección. Su viaje a la capital fue largo y arduo, pero finalmente, Aegon II llegó a salvo, donde recibió atención médica urgente para sus heridas.
La batalla de Rook's Rest había llegado a su fin. La derrota de Rhaenys Targaryen y la caída del castillo marcaron un giro devastador en la guerra por el trono. Mientras Aegon II comenzaba su recuperación en Desembarco del Rey, Sunfyre, con el esmero de los caballeros, comenzaba su propio proceso de curación. El campo de batalla, silencioso y desolado, quedó como testigo de la brutalidad de la "Danza de los Dragones".
YOU ARE READING
El último dragón: La casa del dragón
Teen FictionEl último dragón: La Saga Targaryen ofrece una mirada profunda a las complejidades de la política familiar, el amor y el poder en la casa Targaryen. A través de los ojos de Rhaena, la novela explora la tensión entre el deber y el deseo, la lealtad y...