Después de clases, Max, Bobby y PJ se encontraron en su lugar habitual, un rincón tranquilo del campus bajo la sombra de un gran roble. Este era su refugio, un espacio donde podían hablar libremente y relajarse después de un día lleno de clases y responsabilidades. PJ, con su pelaje negro reluciente, estaba estirado sobre el césped, sus ojos estaban observando el cielo con una expresión pensativa.Bobby se dejó caer pesadamente sobre el césped, abriendo su mochila para sacar un nueva lata de queso. -¿No te cansas de comer queso todo el tiempo?- preguntó Max con una sonrisa mientras se acomodaba a su lado.
Bobby se encogió de hombros, masticando con satisfacción. -El queso es mi vida, Max. Además, ¿Qué hay de malo en disfrutar de lo que te gusta?-
Max rió entre dientes. -Nada, supongo. Solo no quiero que te conviertas en una lata de queso.-
PJ, siempre el pensador profundo, intervino desde su posición en el suelo. -El queso, como cualquier otra cosa en la vida, debe ser consumido con moderación. La verdadera sabiduría radica en encontrar el equilibrio en todas las cosas.-
Bobby frunció el ceño y miró a PJ. -¿Eso significa que debería comer menos queso?-
PJ cerró los ojos y se acomodó más en el césped. -Significa que debes escuchar a tu cuerpo y a tu espíritu. Solo entonces encontrarás la paz interior.-
Max se recostó sobre el césped y miró las ramas del roble que se mecían suavemente con la brisa. Había algo tranquilizador en esos momentos de tranquilidad, lejos de la tensión y el estrés de la universidad. Sin embargo, no pudo evitar que su mente volviera a Bradley. ¿Qué estaría haciendo ahora? ¿Cómo lidiaba con las constantes expectativas de su padre?
......
Mientras Max estaba perdido en sus pensamientos, PJ abrió un ojo y lo observó con curiosidad. -Estás preocupado por algo, Max. ¿Te gustaría compartirlo?-
Max suspiró y se incorporó, apoyando los codos sobre sus rodillas. -Es Bradley. Hoy lo vi en la cafetería, y se veía... diferente. No como el chico arrogante que siempre aparenta ser.-
Bobby, aún masticando su queso, arqueó una ceja. -¿Diferente cómo?-
-Parecía... vulnerable,- dijo Max, buscando las palabras adecuadas. -Dijo que tuvo una discusión con su padre. Creo que hay más en él de lo que aparenta.-
PJ asintió lentamente. -Cada persona es como un iceberg. Solo una pequeña parte de lo que son es visible a los demás. El resto está oculto, esperando ser descubierto.-
Bobby se rió. -Deja que PJ filosofe un poco más y vamos a necesitar un diccionario.-
Max sonrió, pero su mente seguía con Bradley. -No sé, chicos. Siento que hay algo en él que necesito entender. Algo que podría cambiar todo.-
Antes de que Bobby pudiera responder, PJ intervino. -Quizás sea una oportunidad para crecer, Max. A veces, nuestras mayores rivalidades pueden convertirse en nuestras mayores fortalezas si aprendemos a ver más allá de la superficie.-
Max se quedó en silencio, reflexionando sobre las palabras de PJ. Tal vez tenía razón. Tal vez había una oportunidad para entender mejor a Bradley, y quizás incluso para forjar una amistad.
.....
Al día siguiente, Max decidió buscar a Bradley. Sabía que tendría que enfrentarse a su propio orgullo, coraje y rivalidad que había entre ellos, pero sentía que era un paso necesario. Después de clases, fue a la pista de skate, donde sabía que Bradley solía patinar.
Cuando llegó, encontró a Bradley patinando con una intensidad que reflejaba su determinación. Max se acercó con cautela, esperando el momento adecuado para hablar.
-Bradley,- llamó Max, su voz resonando en la pista de skate vacía.
Bradley bajo de la patineta y se volvió, su rostro mostrando una mezcla de sorpresa y desconfianza. -¿Qué quieres, Max?-
Max dio un paso adelante, tratando de mantener su tono conciliador. -Quería hablar contigo. Sobre lo que dijiste ayer en la cafetería. Sobre tu padre.-
Bradley frunció el ceño, claramente incómodo. -¿Y por qué te importa?-
-Porque creo que hay más en ti de lo que dejas ver,- respondió Max sinceramente. -Y porque sé lo que es sentir la presión de cumplir con las expectativas de los demás.-
Bradley lo miró fijamente, evaluando sus palabras. Finalmente, suspiró y se sentó en un banco cercano, señalando a Max que hiciera lo mismo. -Está bien. Hablemos.-
Max se sentó a su lado, sintiendo que este podría ser el comienzo de algo nuevo, una oportunidad para entenderse y quizás, eventualmente, para encontrar un terreno común donde construir una relación basada en el respeto y la comprensión. Mientras las palabras comenzaban a fluir entre ellos, Max no pudo evitar pensar en las palabras de PJ: a veces, nuestras mayores rivalidades pueden convertirse en nuestras mayores fortalezas si aprendemos a ver más allá de la superficie.
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Bajo la superficie/Maxley
RomanceDesde el primer día de universidad, Max y Bradley han sido enemigos acérrimos, atrapados en una constante competencia y hostilidad. Sin embargo, a medida que las circunstancias los obligan a pasar más tiempo juntos, empiezan a descubrir aspectos del...