Capitulo dos

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David estaba nervioso; sus manos temblaban y sus piernas se agitaban inquietas. Sentado frente a él se encontraba Daemon Targaryen en persona. La reputación de Daemon Targaryen, en la época en que David lo había conocido, no era precisamente tranquilizante. Las historias que había escuchado sobre el esposo de la reina Rhaenyra Targaryen lo habían llevado hasta Harrenhal, donde se encontraba el príncipe Daemon.

—¿Quién eres tú? —pregunta Daemon mientras examina detenidamente al joven— No te conozco. ¿De qué casa eres?.

—Mi nombre es David, príncipe. Soy. —David sabía que no podía revelar su verdadera casa, por lo que decide responder de forma diferente— Soy de Pentos.

—¿Y qué hace alguien como tú tan lejos de su hogar? —Daemon se apoya en la mesa— ¿Por qué estás aquí?.

—Sé que la reina Rhaenyra necesita ayuda para reunir un ejército y enfrentar a su hermano usurpador. Yo podría colaborar para obtener el apoyo de todas las tierras de los ríos —responde con determinación.

—¿Y cómo planeas lograr que la Casa Tully y las demás casas de las Tierras de los Ríos nos brinden su apoyo? —pregunta, mirando fijamente a David.

—Porque sé lo que va a suceder, antes de que suceda —responde David con una sonrisa confiada— Sé lo que va a ocurrir.

—la afirmación de David despierta la curiosidad de Daemon— Bien, te escucho, David.

David respira profundamente. Sabía que los leales a los negros estaban destinados a la victoria, pero el precio había sido alto, con la pérdida de tantas vidas, incluidos los hijos mayores de la reina y los padres de David. El joven Omega se comprometió a evitar más muertes, comenzando por la batalla del Molino Quemado. A pesar de no poder impedir la muerte de Lucerys Velaryon, su objetivo principal era proteger a sus propios padres y no necesariamente a los Targaryen.

Dos horas después

—Entonces, ¿me estás sugiriendo que la forma de asegurar el apoyo de los Bracken para mi esposa es mediante el matrimonio entre Aeron Bracken, hijo del Lord Bracken, y Davos Blackwood, hijo del Lord Blackwood? —pregunta Daemon mientras observa a David— Según mi entendimiento, el joven Aeron ya está casado y esperando un hijo de su cónyuge.

—Ese niño no es hijo de Aland, sino de Davos Blackwood. Él es el padre de la criatura que Aeron está esperando —afirma David. A pesar de todo, él era ese niño que crecería sin sus padres, pero estaba decidido a cambiar eso— Puedes confiar en mis palabras, estoy hablando con sinceridad.

—Y tú, ¿cómo lo sabes? —pregunta Daemon al notar el nerviosismo del joven, percibiendo sus feromonas— ¿Cómo lo sabes?.

—Porque, bueno, yo... —David se siente incómodo, pero de repente se le ocurre algo— Porque una noche soñe con ellos dos, estaban juntos.

—Así que soñaste con ellos —comenta Daemon mientras lo observa— ¿Presenciaste una pelea entre ellos o simplemente estaban hablando?.

—David traga nervioso, cuando una imagen llega a su mente, una imagen que respaldaría su mentira sobre el sueño— Ellos estaban juntos con un bebé. Aeron parecía feliz, Davos abrazaba a Aeron y le daba un beso en la frente a su hijo —murmura David, bajando la cabeza— Por favor, créeme. Te lo ruego, ayúdame a evitar más muertes.

—Daemon observa cómo David muestra tristeza y desesperación— Si estás diciendo la verdad, esto podría ayudarnos o simplemente generar más conflicto entre las casas. Sin embargo, lo intentaré.

—David levanta la cabeza con una sonrisa en el rostro— ¿En serio? ¿Me ayudarás?.

—Daemon percibe la alegría de David y le devuelve una pequeña sonrisa— Sí, después de todo, mi reina necesita un ejército, así que como mencioné antes, esto podría ser de ayuda. Partiré ahora mismo hacia la Casa Bracken.

Salvando a mis padres Donde viven las historias. Descúbrelo ahora