Domésticos

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- ¡Adelante! - Dije alzando mi voz.

Era miércoles, casi al mediodía. Estaba de mal humor, trabajando sin descanso y con una lista de pacientes que parecía interminable. Apenas había tenido un momento para respirar, y ya iba a salir a almorzar, cuando tocaron a la puerta de mi consultorio, interrumpiendo el breve respiro que creí tener.

La puerta se abrió lentamente y vi a Elijah asomarse, con su tablet en la mano revisando algo.

- Oye, ya está listo, este jueves podremos practicar el primer trasplante de ovario. La mujer y su marido están más entusiasmados que nosotros. - Dijo, tomando asiento con una sonrisa de oreja a oreja.

Elijah estaba claramente emocionado. Conseguimos una pareja dispuesta a probar nuestra investigación y procedimiento, era un logro monumental. A pesar de mi agotamiento, su entusiasmo era contagioso y no pude evitar sentir una chispa de emoción también.

- Eso es increíble, Romeo. Cómo están los preparativos?. - Respondí, dejando a un lado mi mal humor.

- Todo está en marcha. - Respondió Elijah, deslizando su dedo por la pantalla de su tablet.

- El equipo está listo, los protocolos están establecidos y el comité de ética ha dado su aprobación final. Tú eres el cirujano estrella, con tu pulso perfecto. Yo te asistiré. Solo necesitamos coordinar algunos detalles menores, pero estamos prácticamente listos. - Al escucharlo, sentí una mezcla de alivio. Me sentía tranquilo con Elijah a mi lado.

Este procedimiento era un hito en nuestra carrera y podría significar un gran avance en el campo de la medicina reproductiva.

- Excelente. - Dije, sonriendo por primera vez en lo que parecían horas. - Esto podría cambiar muchas vidas.

- Definitivamente. - Concordó Elijah.

- También quería mencionar que la pareja ha pedido conocer a todo el equipo antes del procedimiento. Quieren agradecer personalmente a todos los involucrados.

- Me parece justo, aunque no me siento cómodo. No deben agradecer nada; no sabemos si funcionará. - Respondí, tomando aire.

- ¡Funcionará! ¡Llevamos años investigando esto! - Exclamó, siempre tan positivo.

- Organizaremos una reunión. Es importante que se sientan seguros y apoyados. Y tú vas a estar ahí. Eres quien hará la mayor parte del procedimiento. - Añadió, seguro.

- Como quieras. Si eso les da paz, por mí está bien - Consulté la hora en mi reloj para salir a comer.

- ¿Qué te pasa? Amas los imposibles, investigas y te dedicas a eso. Nos esforzamos muchísimo en esto, y ahora no te entusiasmas? ¿Estás perdiendo la motivación? - Preguntó, dejando su tablet sobre el escritorio.

- No... No es eso. He tenido problemas domésticos, por así decirlo, estos días, y estoy de mal humor. - Confesé, ya que Elijah era el único con quien hablaba de esas cosas.

- Ahh... Aunque no te hayas casado aún... ¡Bienvenido a la vida matrimonial! Acostúmbrate... Yo ya lo hice, y eso que Andy no está embarazada. ¡Los cambios de humor de Gina son impresionantes! Ya ni los veo venir- Lo dijo tan gracioso que me hizo reír, aunque no creí que lo haría.

- Prefiero eso. Andrea está en los días de su periodo, lo que hace que se sienta decepcionada, y cada problema, por minúsculo que sea, lo magnifica. - Añadí con un suspiro.

- Pero es entendible... Lena y Gina están embarazadas, y al parecer Yuki y Nara, por lo que me dijo Gina, están planeando lo mismo. Están comenzando a hacer su preparación antes del embarazo... Alexandra y Emily creo que también. Entiende, es difícil para ella, es la única que no puede... aún. Pero podrá. - Elijah entendía, porque más de una vez la había visto llorar por eso.

Sencilla dignidad- La liberación de los secretos - Libro IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora