𝔄𝔩𝔪𝔞𝔰 𝔡𝔢 𝔠𝔬𝔪𝔟𝔞𝔱𝔢-𝔉𝔞𝔫𝔣𝔦𝔠

Comienza el juego

El gran día finalmente había llegado. El torneo Sekai Taikai, estaba a punto de comenzar. La atmósfera en el lugar era tensa.

Kwon se encontraba en el área de espera junto a los otros miembros de Cobra Kai. Habían pasado días desde la última vez que había hablado con Nichols. El ambiente entre ellos se había vuelto incómodo, pero al final del día kwon sabía que eran compañeros y tenían una alianza que iba más allá de sus diferencias personales.

Mientras caminaba hacia el área de competencia, podía sentir la mirada de Nichols sobre él, pero evitó buscar su rostro.

Los representantes de cada dojo se alinearon en el centro del tatami, cada uno listo para mostrar su habilidad. Los jueces explicaron las reglas: cada competidor tenía una oportunidad para ejecutar la patada más alta posible y marcarla en una pared especialmente preparada para la prueba. El que lograra la mayor altura ganaría esta competencia.

El primer competidor fue del dojo Hanoi Karate de Japón con movimientos fluidos y una técnica impecable, lanzó una patada que impresionó a todos, alcanzando una gran altura.
Halcón de Miyagi-Do fue el siguiente, su patada fue igualmente impresionante.

Finalmente, llegó el turno de Kwon. Respiró hondo, concentrándose en el punto más alto que podía imaginar lanzó su patada, alcanzando una altura que hizo al público estallar en aplausos.

Los últimos competidores hicieron sus intentos, pero ninguno logró superar la altura alcanzada por Kwon. Los jueces deliberaron brevemente antes de anunciar su decisión: Kwon de Cobra Kai era el ganador de la primera competencia.

El dojo de Cobra Kai celebró con serenidad, pero Kwon permaneció callado. Sabía que esta era solo la primera de muchas pruebas que venían.
Mientras se alejaba del área de competencia, observó cómo Nichols se acercaba a el. Sin decir nada, ella lo abrazó, murmurándole un "felicitaciones". Kwon, sorprendido, le correspondió. No fue un abrazo muy largo, se separaron antes de que sus sensei pudieran verlos para evitar problemas, sin embargo, Kwon pudo notar a un chico, el mismo que siempre se detenía a observar a Nichols, mirándolos nuevamente, pero esta vez con enojo en su rostro.

Daniel LaRusso se acercó a sus sensei, específicamente a Kreese, y aunque estaban alejado no lo suficientemente como para no poder escuchar lo que decían.

"¿Qué estás tratando de lograr, Kreese?", le decía LaRusso a su sensei "No te atrevas a jugar sucio con estos chicos, especialmente con Tori".

"No te preocupes, LaRusso. Solo estamos aquí para ganar. Y lo haremos con o sin tu aprobación."
Pudieron ver como LaRusso frustrado, sacudió la cabeza y se alejó, dejando a Kreese con una expresión de satisfacción.

(...)

Después del largo día en el torneo Sekai Taikai, regresaron al hotel.
Los sensei ya habían ido a descansar, dejando a los estudiantes con algo de tiempo libre. Yoon, propuso celebrar en su habitación. Aunque la idea de festejar no era algo a lo que estaban acostumbrados, la ausencia de los sensei ofrecía una oportunidad rara de relajarse.

Yoon abrió la puerta de su habitación y les hizo un gesto a los demás para que entraran. En un momento ya se podían escuchar los murmullo de las conversaciones y las risas, un sonido raro para los Cobra Kai. Kwon se sentó en la cama, mirando a sus compañeros con una sonrisa leve. Por un momento, olvidaron la presión y la enemistad que los solia rodear.

Tory, que había estado callada durante todo el día, se unió a la conversación, compartiendo un recuerdos de su primera vez en el dojo.

A medida que la noche avanzaba. Yoon sacó una guitarra y comenzó a tocar una melodía suave, sus compañeros estaban sorprendidos, nadie sabía que tocara, fue entonces que escucharon como cantaba en voz baja. Los demás se unieron, creando un coro improvisado que para nada tenía armonía por lo que Tori empezó a reír y todos se unieron a ella.

En ese momento, no eran los estudiantes de Cobra Kai conocidos por su disciplina y su intensidad. Eran solo un grupo de amigos, disfrutando de un momento de relajación y diversión. Kwon miró a Nichols, vio como sonreía, y supo que esto era lo que necesitaban. Un recordatorio de que, a pesar de sus diferencias y problemas, eran un equipo.