Kendall Jenner

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POV Kendall Jenner

El sol dorado de California brilla sobre los jardines de la lujosa mansión de mi familia en Los Ángeles. Hoy se llevaría a cabo el día más un importante de mi vida, jamás creí casarme, pero desde que conocí a _______ Beckham mi sueños a futuro dieron una vuelta inesperada. La ceremonia está ambientada con una decoración elegante y una atmósfera de celebración.

Una vez al llegar hasta el altar de la mano de mi madre espero impaciente la entrada de mi novia, que en breves momentos será mi esposa. La música comienza a sonar y a lo lejos veo la silueta perfecta del amor de mi vida, ella camina tomada del brazo de mi suegro, se ve jodidamente preciosa con su impecable vestido blanco, no de los típicos pero si uno muy hermoso y elegante digno de la celebración.

_______: ¿Estás lista, mi amor? - me toma de la mano con ternura una vez estamos frente a frente

Yo le sonrío nerviosa, jamás en la vida me había sentido así.

Ken: Sí, _______. No puedo creer que finalmente estemos aquí

Ella acaricia suavemente mi mejilla con inmensa ternura.

_______: Eres la mujer más hermosa que he visto. Estoy tan agradecida de tenerte a mi lado
Ken: Yo también - digo con emoción en mi voz - Esto es todo lo que he querido desde que nos conocimos

Quiero besarla, pero la mirada de mi suegro me da miedo.

David: Confío en tí Jenner - me da una sonrisa haciéndome sentir más ligera - cuida del ser más puro y lindo que tengo en mi vida

Me río internamente, a pesar de tener más hijos, mi suegro siempre a cuidado más a mi novia, aunque lo niegue todos sabemos que es su consentida.

Los invitados, entre ellos celebridades y amigos cercanos, se acomodaron en sus asientos con expectación. La música suave y emotiva llenaba el aire, añadiendo un toque de magia al ambiente.

_______: Kendall... Estás... increíble - susurra mientras me mira de pies a cabeza

Me acerco un poco más a ella, aunque no tanto porque si no la voy a besar a pesar de que mi suegro se enfade por no respetar la tradición.

Ken: Gracias, mi amor. Tú... Te ves jodidamente linda

El oficiante comenzó la ceremonia, destacando la historia de amor que habíamos construido con tanto esfuerzo y dedicación. El suave murmullo de las olas y el canto lejano de las gaviotas se mezclaban con sus palabras, creando un ambiente mágico y etéreo. Cada palabra parecía resonar con el amor y la pasión que sentíamos, un amor forjado en el fuego de los desafíos y templado por la devoción mutua.Desde el primer momento, no solté la mano de mi novia. Sentir su piel cálida contra la mía me daba una sensación de calma y seguridad, aunque, al mismo tiempo, mis nervios no dejaban de traicionarme. Sus ojos, siempre tan profundos y brillantes, eran un faro que me guiaba a través de la tormenta de emociones que sentía. En momentos de nerviosismo, dejaba suaves caricias en su mano, buscando consuelo y ofreciéndolo a la vez. Su sonrisa, tan llena de amor y ternura, me hacía recordar por qué estábamos allí, por qué habíamos luchado tanto por este momento.Finalmente, llegó el momento de decir nuestras promesas, y con ello, los indicios de un ataque de nervios comenzaron a hacer mella en mí. Estaba tratando de controlarme, pero ver la belleza deslumbrante de mi novia, con su vestido que la hacía parecer una diosa, no ayudaba mucho. _______ me miró profundamente, sus ojos reflejaban la profundidad de sus sentimientos. Con voz firme pero llena de emoción, comenzó a recitar sus votos

Famosas y Tú Donde viven las historias. Descúbrelo ahora