Helado

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-Qué?

-Lo que oyes, es un medio de terapia útil para identifi-

-No, eso no- interrumpió -Me refiero a si de verdad piensas que va a funcionar.

-Por supuesto que si.

Dazai soltó una risita realmente divertida, como si aquello fuera un chiste.

-Claro, claro.

Era su segunda sesión y Chuuya había decidido empezar por hablar sobre la modalidad de la terapia, cómo la llevarían a cabo y el tiempo que estimaba que tardaría, parecía bastante entusiasmado, al contrario del castaño, quien lo observaba como si fuera un bonito pez exótico dentro de su acuario.

-Continuemos- Se aclaró la garganta, impaciente por ser interrumpido por 5ta vez- En tu caso una terapia cognitivo-conductual sería lo ideal, pero según los análisis que te han hecho y tu comportamiento, me parece mejor comenzar con una terapia psicoanalítica.

.

.

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Un grito? Un insulto? Un golpe? Mmm, ese parecía bien, así que cuando el castaño despertó sintiendo la maceta que cayó en su cabeza, Chuuya le sonrió amablemente, como un niño tras hacer una travesura.

- Que mal, parece que se cayó.

-Seguro que sí, porque estaba tan alto que es imposible que la alcanzaras- Antes de oír una réplica se puso de pie, tomando la mano del pelirrojo y dirigiéndolo a la salida.

-A dónde vas? Aún no acabamos.

-Vamos por un helado, cuando llegaste me has dicho que los demás aceptaron mi propuesta, ya tengo el rastreador, entonces no hay problema.

Le parecía que estaba ahí para jugar o qué? Claro que no aceptaría, verdad? además ni siquiera le había dicho algún dato relevante.

-Cuando estemos afuera te responderé una pregunta, solo una pero la que sea, será como un orden invertido, tu accedes primero y yo después.

El castaño ya no llevaba la camisa de fuerza, ni siquiera tenía la ropa del hospital, por lo que dedujo que todo fue planeado desde el principio, suspiró resignado y comenzó a caminar tras él, sintiéndose presa del juego de su paciente.

-No se supone que deberíamos llenar la ficha de ingreso?

-Ango lo hará, tú solo piensa en qué me preguntarás cuando termine el día- Sonrió con suficiencia, en verdad lograr esa salida fue mucho más fácil de lo esperado.

.

.

.

-Vainilla.

- Chocolate.

Se sentaron en el parque a comer el helado, Chuuya revisaba sus notas en busca de algo nuevo, algún detalle más que no hubiera anotado, esto se le hacía gracioso a Dazai, le recordaba al "Idealista contador", el rubio le agradaba, a veces incluso pese a su ocupada agenda había sacado un tiempo para jugar al Go o al Karuta¹, pero la salida no se trataba de eso, por lo que suavemente deslizó la agenda de los dedos de Chuuya, leyendo lo que este escribió.

-A ver... Habla demasiado, es manipulador, a veces habla solo (nota: Comentarle eso a Mori), le gusta el helado de Vainilla y el de Fresa... Chuuya pareces acosador.

-Dame eso!! Y no, no es acoso, se llama conocer a mis pacientes.

-Como sea, estamos en la praxis, distráete un rato.

Permanecieron en silencio, observándose por un largo rato hasta que alguno tuviera algo más que decir, si bien el pelirrojo era alguien impulsivo, en su trabajo se tomaba muy enserio los detalles, era alguien perfeccionista, no en extremo pero si lo suficiente, y es que le daba miedo llegar a cometer algún error, uno que no solo lo implicara a él, sino a alguien a su cargo.

-Mira, un pato.

-Un pato? Cómo va a haber un pato en este lug- Ah, si había un pato.

Un lindo pato caminando por el césped, y unas inmensas ganas de tomar al animal y salir corriendo lo invadieron, se veía como una gran compañía, y él no se podía resistir a los animales, además de ver que parecía no tener dueño... Nono, eso estaba mal, por qué tendría que tener un dueño? No era una mascota.

Mientras Chuuya se debatia mentalmente entre dejarse llevar o buscar una definición de lo correcto, Dazai se puso de pie, tomando al animal con tranquilidad, dejándolo en las piernas del pelirrojo.

-Ten chibi, no te lo robes, si tiene dueño- Chuuya lo miró sorprendido, preguntándose cómo tenía tanta facilidad para hacer lo que quería.

-Creo... Que ya tengo mi pregunta.

-Te escucho.

-Qué opinas de las personas?- Silencio, de verdad era la pregunta que quería hacer? Si.

-Bueno, supongo que solo son un medio para obtener lo que quiero, para salir del aburrimiento, diría que son una especie de juguete.

-Por qué jugar con las personas?- Algo, solo algo más, una palabra que le hiciera comprenderlo mejor.

-Por qué no?- Respondió el castaño rápidamente, como si fuera un hecho común que no necesitaba pensar.

Antes de decir algo más, su alarma indicó que había terminado la sesión de aquel día.

-Ughmm...-El vendado se estiró con pereza, levantándose de aquella banca.

El pato bajó del regazo de Chuuya y este se levantó dispuesto a seguir los pasos del contrario, pero otra pregunta atravesó su mente.

-Dazai, hay alguien a quien hayas apreciado antes? Alguna persona importante en tu vida?

A Chuuya le resultaba irónico la forma en que Dazai siempre estuviera rodeado de personas y se le facilitara hablar con ellas, pero aún así no lograra comprenderlas. Este se tomó un momento para fingir que pensaba lo planteado.

-Eso ya es una segunda pregunta, pero supongo que si, y no, esa persona ya no está -Hizo una pausa, era incómodo tener tanta atención en los momentos serios- Aunque, ahora mismo estoy conociendo a otra persona muy interesante~ tal vez luego te cuente de ella.

Sonrió y continuó caminando, ignorando por completo el si Chuuya comentó algo o no.

***

Mori observaba escéptico como Dazai se tomaba obedientemente las pastillas. Pues era el trato que hizo para que Ango le permitiera salir, ya que al azabache le agradaba más que su personal no saliera con los brazos mordidos.

-Que bien, ya no pareces perro.

El castaño levantó una ceja, entregándole el vaso luego de tragar.

-En vez de medicamentos parece veneno- Se quejó, recostándose en la cama.

Mori se retiró de allí, realmente divertido por toda la situación. Y Dazai sostenía el broche en su mano, repitiendo el mismo ciclo de la noche anterior.

...

-Espera... Ese idiota me dijo "chibi"!!

El pelirrojo estaba en el bar, bebiendo con Tachihara, Akutagawa y algunos más, cuando se dio cuenta del apodo, sintiendo "ira".

-Qué fastidio.

-Sabías que te tocas la cara cuando mientes?- Tachihara río, pasándole otro trago.

-Dazai y sus bromas... No sé cómo haré para soportar el tiempo de la terapia.

-Pero te pagan bien, no?

Ambos continuaron hablando, sin notar el gesto de Akutagawa, el como había cambiado su inexpresivo rostro durante un instante al oír el nombre del paciente de Chuuya.

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¹El Karuta es un juego de cartas tradicional japonés que se juega con cartas de poesía. Implica escuchar un verso de una carta leído en voz alta y ser el primero en identificar y tomar la carta correspondiente.

Terapeuta Donde viven las historias. Descúbrelo ahora