Capítulo 84.

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«Un protagonista, hay solo un protagonista» se repetía él mientras trataba de resistir los golpes, el corte, las torturas y los gritos de ella, todo por las ganas de llevársela, de salvarla. Sin saber que, en esta historia, realmente no existen los protagonistas.

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Falacia.

Enero 03, 2022.

Magali.

Despierto gracias a los golpes al piso que me sobresaltan. Me incorporo mirando a los lados, pero no hallo nada por lo que me muevo al borde de la cama viendo como el piso está quebrado, como si hubieran echado algo muy pesado sobre este, pero... el golpe vuelve a tronar y lo capto, no dejaron caer algo, lo están golpeando desde abajo.

Como si hubiera otra habitación debajo de la que estoy y el habitante de la misma esté lanzando cosas a lo que sería para él un techo y para mí un suelo. Un gruñido proviene de abajo tensándome cuando...

—¡Hir set, fhat ko lat, jut hir set! —el grito en el idioma que conozco a la perfección me hace palidecer, se escucha un sinfín de cosas cayendo, la pelea forma un estruendo de golpes que rompen madera y vidrios mientras varios tipos gritan que no se le entiende nada y el acento desconocido sale a relucir cuando usa un idioma más conocido para repetir lo mismo: alemán— ¡Sáquenla a ella, me quedo aquí, pero sáquenla a ella!

«Esa voz...» cierro los ojos «no es posible». Me niego a que lo sea, me cubro los oídos creyendo que es solo otro ruin truco del regler, otra vil manera de manipulación, pego las rodillas a mi pecho negándome a seguir oyendo. La cabeza me duele y me clavo las uñas en la piel a los lados de mis orejas tratando de quitarme la capacidad de escuchar.

—Ah, no. Grita bien, hijo de perra —capto la voz de Adler—. ¡Que te oiga claro, como debe ser, y sepa que si no acata ordenes voy a seguir bajando hasta volverte mierda y todo será por culpa de ella!

Los gritos truenan en mi sentido auditivo poniéndome a temblar la barbilla «es una pesadilla» trato de convencerme, los temblores en su garganta cuando se niega a gritar me ponen a captar los corrientazos eléctricos que le sacan los gritos haciéndome cerrar los ojos «ya voy a despertar, solo estoy teniendo una pesadilla» «siempre tengo esta pesadilla y él la ponía, es solo otra pesadilla», pero los gritos son tan reales, ahogo un sollozo saliendo de la cama.

—¡Ya lo entiendo! —trato de abrir la puerta, no cede y empiezo a golpearla con rabia mientras grito desesperada—. ¡Obedeceré, lo prometo, pero déjalo!

—¡No! —su grito se alza entre todos— ¡Déjala a ella, me quieres a mí, déjala...! —lo callan a golpes.

Sacudo la cabeza con las lágrimas asomándose. Todo es una maldita pesadilla, pero se siente tan real y es que no puedo despertar, odio no poder hacerlo, odio no poder confirmar de una maldita vez que esto no es real.

—¡Adler! —clamo el nombre de mi verdugo con total desconexión— ¡Adler, por favor!

Los golpes paran y me deslizo hasta el piso con las lágrimas cayendo mientras oigo que liberan a la persona que capto por los sonidos tienen de unas cadenas. Le impiden hablar colocándole algo que lo hace gruñir y yo me tapo la boca cuando creo que me estoy volviendo loca.

La puerta se abre revelando a mi pesadilla que me alza dejándome a su altura y luego de recibir el beso que deja en mi frente caigo rendida en sus brazos sin entender si realmente he despertado en algún momento.

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