Cuarenta

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Estaba consciente, acostado en alguna parte, aunque no había abierto los
ojos. Oía voces y un maldito ruido que hacía beep beep cada un segundo.

—¿Por qué no me haces caso, amor? —se oyó una voz aguda hablando en
tono bajito— ¿Cuántas veces tengo que decirte que será mejor que te vayas?
Estamos bien aquí, ¿qué nos puede pasar? Además, yo soy un excelente
niñero y lo sabes.

—Te reitero que estoy en servicio ahora mismo y no son tus ordenes las que
sigo, nena —contestó una voz grave correspondiente a un hombre.
—Y yo te reitero que Jisoo puede despertar en cualquier momento, ¿y sabes que pasará si te llega a ver, bobo? Ya ha sufrido muchos ataques, no quiero
que le de otro más por tu culpa.

—Cuando veas posibles signos de que despertará, me avisas y me marcho. De
lo contrario, no me iré. Que Jeonghan ya no esté aquí, no significa que no seguiré
sus ordenes ya asignadas.—Sabes que amo cuando te pones en modo guardaespaldas impersuasible,
pero volvamos al Wonwoo informal que le hace caso a su omega, ¿de acuerdo?
Así que, vamos, vete, shu, shu.

—Y tú sabes que odio cuanto le intentas quitar la seriedad a mi trabajo. No me
iré, punto.

—¿Lo quieres a tu manera? Genial. El nuevo jefe soy yo, y te ordeno que te
marches ahora mismo, guardaespaldas inútil.

Un leve gruñido se hizo oír.

Y en ese momento, Joshua comenzó a abrir de a poco sus ojos.

—Tú no eres mi jefe, al menos aquí no, así que abstente de darme órdenes
cuando no te incumbe.

Una suave risita lleno el vacío que aquella última oración dejó. Jisoo
parpadeó seguidas veces, intentando acostumbrar su vista a la iluminación del cuarto.

—Adoro que hayas agregado ese "al menos aquí no", por esas cosas es que te
amo.

El omega logró enfocar la vista en su antebrazo izquierdo, descubriendo que
este se encontraba vendado. Frunció el ceño, y levantó la mirada despacio,
entendiendo que estaba en un hospital.

—Bien.

—¿Cómo bien? Esa no es manera de responder a un te amo.

—Estoy trabajando, ¿qué parte no entiendes? Ni siquiera debería estar
hablando contigo.—Pues, entonces vete afuera y vigila la puerta en silencio, maldito insensible.

O peor, ignórame, vamos atrévete a ignorar a tu omega.

— Yoon Seungkwan, ya sabes como son las cosas. No lo hagas más complicado,
nena —habló el hombre al que Jisoo apenas pudo identificar como un alfa.

Éste estaba de pie, en un extremo del cuarto, cerca de la puerta. Vestía de traje
negro, impecable. Su postura era firme, su apariencia intimidante. Y Jisoo lo
conocía, mas no sabía de dónde. Sus recuerdos aún no despertaban del todo.
Fue poco después cuando desplazó su vista a la chica, era una omega que
también se le hacía demasiado conocida.

—... Eres igual de terco que tu hermano.

—Somos Yoon, ¿qué esperas?

Yoon... Yoon...

¡Jeonghan!

Todos los recuerdos aparecieron de golpe, abrumándolo, impactándolo. Su
corazón se aceleró al comprender que aquel alfa que había lograron reconocer era el chofer de Jeonghan, el intimidante Wonwoo que Jeonghan había asesinado por traición.

¿Cómo...?

En el momento en que la velocidad de sus latidos lo delataron, haciéndose oír
por aquel aparato, Seungkwan reaccionó, empujado atropelladamente al alfa, quien no opuso resistencia y abandonó la habitación

𝐒𝐔𝐁𝐋𝐈𝐌𝐄 𝐃𝐎𝐌𝐈𝐍𝐀𝐂𝐈𝐎𝐍 ㆐JIHAN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora