¿Bienvenido a Valhaville?

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Hola hola a tod@s, espero se encuentren bien tanto física como emocionalmente.

Comienzo dando las gracias a todas las personitas que han apoyado a este pequeño fic, no saben cuánto me emocionan! Espero les siga gustando tanto como mis otras historias.

Estoy reponiéndome, físicamente estoy ya mejorcita pero emocionalmente allí la llevo. No han sido tiempos fáciles, por lo que espero su comprensión y apoyo. 

Les traigo la conty de este fic, espero les guste ya que será el parteaguas de lo que se vendrá en esta historia. 

Espero en estos días poder subir la conty de los demás fics, al menos el que sigue es Cursed by the night, Con Broken hearts voy más lenta pero ya pronto estará lista. Y para el Stand de Eros, se mueren de la risa con el cap que se vendrá.

ACLARACIÓN: Hubo un error en el cap anterior con respecto a la aparición de Eros y Anteros, no debían salir aún. Ya verán por qué. 

No me demoro más y ahora sí, a leer!!

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—Fue más difícil de lo que pensé.

Musitó Hades dejando salir un amplio suspiro mientras se acomodaba en el asiento incómodo de ese autobús en el que iba. Habían transcurrido unas 5 horas desde que su avión privado lo dejó en Nebraska (tuvo que pedirle a Caronte que lo pilotara, ya que su fiel mayordomo había sido piloto en su servicio a la milicia); había tomado un autobús desde Wyoming con destino a Montana, el cual duró unas doce horas y finalmente tomó otro autobús para que lo dejara en un punto donde le dijo su abuelo para entrar al dichoso Valhaville.

Estaba demasiado adolorido por el tiempo en autobús, quería irse en un vuelo directo y hacer más corto el viaje, pero no pudo rebatirle al anciano de su abuelo ya que como era una figura pública muy reconocida llamaría la atención. Además, según su abuelo, ¿Quién pensaría que un magnate multimillonario se iría en un autobús a una distancia tan, tan lejana? Le iba a salir muy caro ese viajecito, más que nada física y mentalmente.

Visualizando bien su imagen, iba vestido de manera muy casual y no había llamado la atención para nada. Sujetó su cabello en una coleta baja y se había puesto unas gafas, dejó sus elegantes y típicos trajes italianos por unos cómodos jeans y playera con tenis. Nunca creyó en usar una gorra, pero hasta ahora lo había hecho. Ni siquiera cuando iba de paseo con sus hermanos y no quería ser abordado por la prensa ni los paparazzis.

Una vez que bajó de la parada de autobuses en un punto que hasta le dio miedo, porque la parada estaba en medio de la nada, se dedicó a esperar con paciencia hasta que la dichosa "señal" de su abuelo se diera. Tragó saliva, pensando en que tal vez a su abuelo se le estaban yendo las cabras a la montaña y ahora estaba en quien sabe dónde. Revisó su celular y maldijo por lo bajo cuando notó que no tenía señal para realizar una llamada.

—¿Y ahora qué hago?

No debió salir de su cómoda mansión. No debió haberles hecho caso a las locuras de su abuelo.

—¿Buscas ayuda, joven forastero citadino?

—Genial, ahora estoy alucinando.

—¡Hola allí, muchacho!

Alzó su mirada y vio con sorpresa a un hombre con un sombrero de paja y overol, el cual estaba a bordo de una carreta que transportaba alfalfa y era llevada por dos enormes bueyes: era él quien le había hablado. Sacudió su cabeza después de comprobar el que alegre hombre sí se dirigía a él, puesto que era el único ser humano aparte de ese hombre, en esa parte del lugar. Agarró su pequeña maleta y su mochila y avanzó con pasos vacilantes.

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⏰ Última actualización: Jul 25 ⏰

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