Ahora estaba viajando entre las nubes. Su pequeñita bebé descansaba en su
regazo, cubierta por una cobija azul casi celeste que tenía mucho significado
para él y su bebita, una manta cualquiera le daba muchos sentimientos.Jeonghan siempre había sido su manta, su cobija, su refugio, porque envuelto
entre sus brazos el frío se alejaba, la calma lo inundaba y él se acurrucaba
entre la suavidad de su tacto.Jeonghan era la perfecta manta, aquella que Jisoo no supo apreciar desde el
principio, aquella que el omega maltrató creyendo que no era merecedor desu acogedor calor, prefiriendo quedarse con el frío al que ya se había acostumbrado. Y aún así, maltratada y adolorida, su manta volvía a él para
abrazarlo una vez más, para calmarlo de todo dolor, para abrigarlo y darle la
sensación de que regresaba a casa.Joshua quería que su bebé también tuviera su propia manta, aquella que la
hiciese sentir a gusto con la suavidad de su roce como si estuviese en una
tarde tranquila en casa y no en su primer vuelo de avión. Aunque en aquel
caso era literal, y no metafórico como lo era con Jeonghan.En fin, le gustaba.
Y allí estaba, atravesando aires, arribando hacia Jeonghan solo para ver
al jodidamente hermoso amor de su vida.Los planes habían sido cambiados. Se suponía que a Jeonghan lo trasladarían a Corea en cuanto fuese posible y allí sería su reencuentro con todos, pero,
debido a las ansias de Jisoo, decidieron trasladarse ellos a Japón para acompañarlo en su recuperación.El omega estaba emocionado, aunque temeroso. No sabía en que condiciones
se encontraba Jeonghan ahora mismo, no sabía que tan lastimado estaba
externamente. Solo sabía que apenas lo vería se echaría a llorar.Tras aterrizar en Tokio, Joshua y su bebé, junto a Jun y una pequeña porción de la familia de Jeonghan, se dirigieron en autos escoltados por guardaespaldas
hacia el hotel en el que se hospedarían durante su estadía allí.Jisoo ni siquiera sintió ganas de curiosear su cuarto de hotel, ni de detenerse a contemplar los increíbles lujos de este, ni la maravillosa vista. Sólo tenía mente para Jeonghan. Por lo que, apenas cambió el pañal de su pequeña y la alimentó, la dejó al cuidado de Jun, listo para partir hacia el hospital, el cual,
al parecer, no quedaba muy lejos de allí. Fue una alegría para Jisoo saber que el hospital sólo estaba a pocas cuadras,
por lo que podría visitarlo sin problema cada día y regresar para estar con su
hija.Ya estaba allí, a escasos minutos de ingresar a la habitación en la que se
recuperaba Jeonghan. El corazón del omega latía desbocado, sus manos
sudaban un poco por el nerviosismo, por la incertidumbre, por el desespero.
Se encontraban atravesando un corredor de ambiente frío y aséptico,
escuchando las palabras de un médico que los guiaba. Pero, no entendía
su dialecto, mas no importó, nada importó un segundo después, cuandosus
pies ya pisaban el cuarto de Jeonghan y sus ojos vislumbraban la figura de su alfa tendido en aquella camilla, rodeado de monitores, conectado a cables y a
tubos repartidos por su cuerpo.Su corazón se oprimió al instante, y sus ojos se cristalizaron.
—Hannie... —murmuró con su voz quebrada, dejando que las lágrimas
resbalaran por sus mejillas mientras se acercaba con cautela.Los caramelizados ojos de Jeonghan brillaron y una débil sonrisa asomó en su pálido rostro, el cual para sorpresa de Jisoo no llevaba ningun rasguño.
—Amor... —apenas consiguió decir Jeonghan con su voz temblorosa, moviendo ligeramente una de sus manos que descansaban sobre la sábana.
Joshua sollozó, tomando con extrema delicadeza aquella misma mano,
envolviéndola entre las suyas, cuidando de que no se saliera el aparatito que
controlaba su pulso desde uno de sus dedos.
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𝐒𝐔𝐁𝐋𝐈𝐌𝐄 𝐃𝐎𝐌𝐈𝐍𝐀𝐂𝐈𝐎𝐍 ㆐JIHAN
FanfictionJisoo, un delicado omega amante de las noches de descontrol, tendrá que renunciar a todo cuando Yoon Jeonghan, un dominante alfa francés, lo reclama como suyo cuando una manada de alfas cegados por el morbo quiere abusar sexualmente del omega incons...