Se despertó por las molestas ganas de ir al lavabo, tenia sueño y el cuerpo cansado, pero sabe bien que una vez se despierta no puede conciliar de nuevo el sueño. Con cuidado se levanto de la cama y cogió la primera camisa que encontró en el suelo, paso sus brazos por las mangas y abotono solo los tres botones del medio, aquella camisa dos veces más grande de su talla normal, cubría hasta la mitad de sus muslos con marcas.
Camino al lavabo y después de orinar, lavo su cara y salió, no regreso a la habitación, fue a la cocina a preparar una taza de té, pues café a esa hora no creía prudente de beber. Vio la hora en el reloj digital que tiene su microondas y se sorprendió de que faltaban solo hora y media para amanecer. Joder. ¿Tan cansado quedo?
La última vez que vio la hora eran las siete de la noche, y él no puede dormir más de seis horas seguidas, nunca, desde que se volvio un adulto, durmió más de eso.
Mientras ponía el agua a hervir para su té de manzanilla, empezó a examinar un poco su cuerpo, siempre se lo dejaba marcado y él tendría que revisarlo todo para saber cuales debía ocultar y cuales daban igual porque la ropa lo cubría.
En realidad no le molestaba aquello, al contrario, buscar las marcas rojizas en su pálida y suave piel, es su parte favorita de aquello. Adora rememorar la razón de esas marcas y tocarlas le recuerda la sensación de la boca que las hizo.
El sonido de la tetera con el agua ya hervida lo despertó de sus pensamientos. Después taparía las del cuello y las piernas, los demás se esconderían bajo la ropa. Vertió el agua en su taza favorita con forma de perrito, la cual ya tenia dentro una bolsita de té.
Con su taza de té humeante se dirigió a la habitación de nuevo, pero no fue a la cama, se sentó en el mueble junto a la ventana, donde observaba desde lo alto lo hermosa que es la ciudad de Seúl.
Brillaban con las luces de las farolas de las calles, los pocos autos que iban en la carretera y las luces de los edificios y casas. Desde su ventana podía divisar el Río Han, que en las noches brillaba llamativo por las luces de la ciudad y la luna. Hermoso, solo faltaba lo que más ama.
Los grandes y fuertes brazos, abrazándolo desde la cintura, susurrando palabras de amor mientras ven los colores del amanecer apoderarse del cielo, reflejándose en las aguas del río mientras la ciudad poco a poco se va llenando del bullicio de sus habitantes que debían prepararse para un día más.
- Aún falta para el amanecer. - susurro bebiendo de su té.
Volteo a mirar el cuerpo grande, delgado y desnudo que yacía en la cama. Ama verlo dormir, su respiración lenta que aunque este boca abajo y en la oscuridad poco iluminada por las luces de afuera y la luna, puede ver su torso subir y bajar tranquilo. Los músculos de la espalda del de piel canela se marcaban y eso le encantaba, porque resaltaban más aquellos pequeños pero no invisibles aruños que dejo la noche anterior. Su mirada bajo poco a poco, detallando la piel y el cuerpo que ya bien conoce. Su trasero era cubierto por un poco de la sabana blanca que le rodeaba, pero no ocultaba nada, no cuando la tela es tan fina que transparentaba y podía ver el trasero ajeno.
Sonrió con la taza de te en sus labios, sus piernas pegadas a su pecho y su mirada aun en el hombree sobre su cama. Dios. ¿En qué momento su vida se volvió así?
Llena de color...
Aun recuerda la primera vez que lo conoció, hace veinte años. Iban al mismo instituto desde los doce, estaban en el mismo salón, pero no hablaban, no hasta el día de la graduación, teniendo ya ocho años estudiando juntos, lo que para Baekhyun fue una sorpresa, porque aquel chico alto nunca antes le había hablado, y él tampoco.
Recuerda que estaba sentado en el salón de karaoke al que fueron todos después de liberarse de aquel asqueroso lugar llamado "Instituto", y aunque saben que les venia el infierno de la universidad, decidió no pensar en aquello y disfrutar de aquel día. Baekhyun fue con sus amigos, Kim Jongdae y Kim Seokjin, y los demás compañeros de clases con los que casi nunca hablo, allí incluyendo al alto de piel canela, Park Chanyeol.
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¿Destino o Casualidad? 《ChanBaek》
RandomChanyeol y Baekhyun, se conocen desde la preparatoria, aunque nunca hablaron. Después de graduarse sus vidas continúan, pero de una u otra manera, siempre se volvían a encontrar, a pesar del tiempo que haya pasado. Amigos de sus amigos, o socios de...