10 de octubre de 2010 (El Refugio del Ciervo)
Harry Potter se encontraba en su despacho, una montaña de pergaminos amontonados a su alrededor. Las tareas como auror, sus responsabilidades en el Wizengamot y el peso de ser lord de varias casas le estaban pasando factura. Las sombras bajo sus ojos le recordaban a sus esposas la última vez que había tenido un descanso adecuado.
"Harry, necesitas un descanso," dijo Hermione, entrando en la habitación con una mirada preocupada. "Te ves agotado."
"Estoy bien, solo tengo muchos asuntos que atender," respondió él, sin poder ocultar el cansancio en su voz.
"¡No es 'estás bien'! Te ves como si no hubieras dormido en días," intercedió Pansy, cruzándose de brazos.
"Recuerda que por mucho que seas Lord Potter-Black-Peverell-Slytherin y un auror, eres padre y esposo desde los 16 años. Llevamos años observándote, y nunca en todos los años desde la guerra te había visto tan superado como este último año," dijo Daphne, acercándose a él.
"De verdad, amor, deberías descansar. Ve a echarte una siesta ahora; nos encargaremos de esto," añadió Luna, colocando su mano sobre su hombro. "No quiero un 'no' como respuesta."
"No quiero que se preocupen por mí, ustedes tienen sus propios trabajos," insistió Harry, intentando mantenerse firme.
"Pero nosotros queremos cuidar de ti. Todas tenemos la autoridad para ayudarte," dijo Pansy con determinación. "Tus hijos te necesitan bien, nuestras familias necesitan a su lord y jefe de familia saludable."
Las pequeñas voces de sus hijas resonaron detrás de él. Jean y Pandora, junto a sus hermanas, miraban a su padre con preocupación.
"Mamá dice que tienes que descansar, papi," dijo Jean, tomando su mano. "¿Nos dejarás cuidarte?"
Harry, conmovido por la atención de sus hijas, finalmente cedió. "Está bien, me echaré una pequeña siesta."
Mientras se retiraba a descansar en su habitación, sus hijas de 6 años, las mas mayores presentes en la mansión en ese momento, con brillantes sonrisas. Jean, Pandora y Adhara, notaron la conversación previa de sus padres y se miraron entre sí, preocupadas.
"No está bien que papá esté tan cansado," murmuró Jean.
"Deberíamos decirle a los demás en Hogwarts para que estén enterados de la situación," sugirió Pandora, y así fue como las tres hermanas decidieron escribir a sus hermanos en Hogwarts, expresando su preocupación.
Esa noche, cuando se acomodó en la cama, Harry finalmente pudo conciliar un sueño reparador. Sin embargo, un solo día de descanso no resolvería su agotamiento.
24 de octubre de 2010 (Sala de Menesteres, Hogwarts)
Era una tarde gris en el castillo de Hogwarts. Los estudiantes habían salido de clases y los miembros de la tercera generación nacidos entre 1997 y 1998 se habían reunido en la Sala de Menesteres. El lugar estaba transformado en una sala de planificación improvisada, llena de pergaminos, plumas y una pizarra mágica.
"Sirius, ¿estás seguro de que esta es la mejor idea?" preguntó Crux Ivany Thicknesse-Greengrass, mirando a su primo con escepticismo.
"¡Claro que sí!" exclamó Sirius Crux Black-Greengrass, entusiasmado. "Papá está trabajando más que nunca. Necesitamos hacerle algo especial por su cumpleaños."
Orion Articus Greengrass-Black, su hermano mellizo, asintió con una sonrisa. "Sí, pero debemos hacerlo de una manera que realmente lo sorprenda. Quiero decir, ¿cómo se nos ocurrió que podría ser un ataque de mortífagos?"
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La Herencia Potter-Black-Peverell-Slytherin
FanfictionTras la trágica muerte de Sirius, Harry se enfrenta a la lectura del testamento de su padrino. Durante este proceso, se le revelan verdades sorprendentes y secretos profundamente guardados que cambiarán su percepción de su propio pasado y del futuro...