LAS DOS ALMAS GEMELAS ya tenían sus ojos bien abiertos aún cuando el sol ni siquiera había terminado de pintar el cielo con sus colores , la autora de dicho crímen , era cierto pequeño adorable retoño de tez oscura que se despertó con la pancita vacía y el pañal bien cargado . Lo cual no pareció ser un problema , no hasta que la niña comenzó a llorar en busca de la atención de sus nuevos papis .
Tanto el italiano como el cazador , estaban igual de agotados , por lo que para determinar quien de los dos atendería a la bebé llevaron a cabo un pequeño duelo de 'piedra , papel o tijera ' que finalizó con la inminente derrota de Merle tras intentar utilizar su cuchilla durante el juego . No fue hasta que su esposo le explicó de forma exhaustiva , que el juego era 'piedra , papel o tijera ' y no 'piedra , papel y cuchilla ' .
Merle resignado se vio obligado a abandonar la comodidad de su cama , tomó asiento en el borde de la cama y se froto los ojos con la palma de su mano para luego tomar cuidadosamente a su pequeña princesa entre sus fuertes brazos , y llevarla hasta donde se encontraba ubicado el escritorio . Con sumo cuidado dejo a la niña sobre el mueble y le cambio los pañales , debido al nuevo integrante de la familia que adquirieron , Alessandro implemento una nueva 'política' que prácticamente obligaba a Merle a cubrir su cuchilla con cinta adhesiva aislante en todo momento que estuviera cerca de la bebé .
Una vez su pequeño angelito se encontró totalmente limpia volvió a tomarla entre sus brazos , con su cabecita cuidadosamente apoyada en su pecho , la llevo consigo hasta la cocina para poder prepararle un biberón de leche tibia y la alimento .
—Ya está¿Ves? , hiciste una gran escena en vano pequeña , no tienes por qué llorar linda aquí estoy— tranquilizó con un tono suave .
Desde la llegada del pequeño angelito en la vida de ambos , Merle adoptó una actitud más pasiva y blanda , que solo hacia salir a flote cuando se trataba de la niña o de su esposo .
Al poco tiempo Alessandro apareció por el umbral de la puerta y comenzó a hervir agua para preparar dos tazas de café en lo que Merle terminaba de alimentar a la bebé , y la ayudaba a que pudiera conciliar el sueño nuevamente . Una vez dormida , el cazador a pasos lentos y cuidadosos tomo asiento en la mesa para así poder disfrutar de un buen café en compañía de su querido esposo .
—Nos iremos al mediodía por el bosque , es mejor que seamos nosotros quien los veamos primero en vez de ellos a nosotros ,¿Qué te parece?— sugirió el italiano .
—Me parece bien , tendremos que ser muy precavidos— adjudicó Merle —Si algo malo llega a pasar , toma a la niña y corre lo mas lejos posible , ¿Entendido?
—Fuerte y claro— respondió con una ligera sensación de angustia e incertidumbre mezcladas en su interior .
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