Luces Apagadas

Halagos para un ángel

"¿Te caíste del cielo?"
¡Por Dios, seamos sinceros!
Ese no es halago que merezca un ángel.

El universo cae en ellos,
no al revés;
las estrellas, el mundo, el cielo.
Mi cielo.
Mi mundo.
Mi amor...

Lo que daría por tomar tus manos
y borrarte las estrellas,
para que te pintes libre.

Y guardarme tus alas por un tiempo,
para que entres a caminar
entre mis valles y pastizales,
que también son tuyos.

Que no pienses en alzar tu vuelo
por un rato, solo uno.
Para que el único viento que te roce
sea el de la libertad de mis brazos.
Quiero enseñarte a navegar mis venas
hasta que mi corazón perturbe tus bahías
y no quieras más que nadar en mi.

Quiero mostrarte mis sueños
para que te sientas más yo,
y te inundes de mariposas los poros
al saberte muy mía.

Ojalá pudiera, amor mío.
Susurrarte las letras que mereces,
que no te regala quien te halaga.
Que no soy yo,
y que no seré.

Porque los ángeles y los infiernos
no se mezclan,
y de infiernos tengo llenos los días.

Porque sabemos,
que aunque tengo todo para quemarte,
tú prefieres reposar entre hierbas,
ser fotografiada por tu costumbre
percudida y empolvada,
mientras te abrazas a la naturaleza
y me niegas la posibilidad de amarte.